Las medidas para favorecer la accesibilidad cognitiva benefician a todas las personas, pero son indispensables para las personas con dificultades para comprender y desenvolverse en un contexto determinado. No solo para las personas con TEA, sino también con discapacidad intelectual, personas con bajas competencias de lectoescritura o aquellas que no dominan el idioma.
Las barreras cognitivas dificultan que estos entornos o recursos sean compresibles y que todas las personas puedan acceder y disfrutar de los mismos de manera autónoma, eficiente, segura y en igualdad de condiciones.
Aunque sí se ha avanzado notablemente en la aplicación de medidas que favorecen la accesibilidad universal y la superación de las barreras físicas y sensoriales de los entornos, el conocimiento y la implementación de medidas de accesibilidad cognitiva es aún limitado.