Las dificultades comienzan en la etapa escolar, porque el sistema educativo no se adapta a las necesidades específicas del alumnado con TEA ni incorpora sus fortalezas. Así se pone de manifiesto en el estudio “Empleo y trastorno del espectro del autismo. Un potencial por descubrir” (Autismo España, 2018), que señala como principales barreras:
Sin embargo, según datos de Autismo Europa, entre el 76 y el 90% de las personas adultas con trastorno el espectro del autismo (TEA) está desempleada y no desarrolla ninguna actividad productiva o laboral, lo que les convierte en el colectivo de la discapacidad con la tasa más alta de desempleo.