Salud
Pero sí sabemos que las personas autistas tienen un peor estado de salud que aquellas que no presentan esta condición y que presentan comorbilidades médicas con más frecuencia que la población general, así como problemas psiquiátricos que afectan a su calidad de vida.
La falta de información sobre los factores que inciden en la salud de las personas con autismo dificulta el desarrollo de actuaciones preventivas y de sistemas de apoyo que promuevan su bienestar físico y emocional a lo largo de toda su vida.
Nuestras demandas
Es preciso garantizar una atención específica e integral a la salud de las personas con autismo, ajustada a cada etapa de su ciclo vital y que tenga en cuenta las necesidades específicas diferenciadas de hombres y mujeres. Para ello, resulta fundamental:
Mejorar el conocimiento sobre su estado de salud física y mental y las necesidades sanitarias que presentan
Conocer las principales barreras y facilitadores en la atención sanitaria recibida en los diferentes niveles de atención (primaria, especializada, etc.).
Sensibilizar y capacitar a los y las profesionales de la salud sobre las necesidades específicas del colectivo.
Promover la creación de recursos sanitarios específicos y adaptaciones de la atención sanitaria general para las personas con TEA a lo largo de todo su ciclo vital.
Favorecer el acceso igualitario a la salud y facilitar las condiciones en las que se presta la atención sanitaria (incluyendo el uso racional y no abusivo de tratamientos psicofarmacológicos).
Detectar y difundir buenas prácticas en la atención integral a las personas con autismo, que mejoren las metodologías de trabajo y la calidad en la prestación de los servicios.