Un 2021 en el que, a pesar de la todavía solida presencia de la covid-19 entre nosotros, hemos ido lentamente recuperando cierta normalidad y cogiendo de nuevo el timón de nuestra actividad habitual, dejando atrás las urgencias e imprevistos a los que nos obligó la crisis sanitaria. También las personas con autismo han podido volver a sus rutinas estables y predecibles, salir del confinamiento de sus hogares y reencontrarse en las entidades con sus profesionales de referencia y el resto de usuarios para recibir los apoyos especializados que necesitan.
Desde la Confederación seguimos, por tanto, trabajando en las líneas principales que marca nuestro Plan Estratégico 2013-2017 y nuestro Plan de Acción 2021. Un año que ha servido para retomar ritmo y al que hemos añadido el trabajo de preparación de convocatorias dirigidas a fondos europeos de recuperación para los próximos años.
Y así, en materia legislativa, conseguimos que se recogiera de forma específica el autismo en el Real Decreto por el que se aprueba la Estrategia Española de Apoyo Activo al Empleo 2021-2024, el marco estatal de referencia de los servicios públicos de empleos. La nueva estrategia incorporó varias modificaciones muy importantes y beneficiosas para las personas con autismo, un colectivo que conviene recordar, conforma el de la tasa más alta de desempleo de toda la discapacidad (entre el 76 y el 90%, según cifras de Autismo Europa).
En esta misma línea, en materia de concienciación y sensibilización, con nuestras dos principales campañas con motivo del Día internacional del Síndrome de Asperger y Día Mundial de Concienciación del Autismo, bajo el lema “Haz Espacio” y “Puedo aprender. Puedo trabajar” respectivamente, pusimos el foco en las necesidades, y también en las capacidades, de las personas con autismo, con y sin discapacidad intelectual asociada, para acceder a la educación y al empleo.
También durante este año retomamos, dentro de nuestra línea de Investigación y Transferencia de Conocimiento, la labor en ámbitos tan relevantes para el colectivo como: detección, atención temprana, educación, bienestar emocional y salud mental, accesibilidad, calidad de vida y detección y diagnóstico en niñas y mujeres. Entre los principales resultados en este ámbito destacan:
En el ámbito de la convergencia y cohesión asociativa, con la incorporación de tres nuevas entidades durante 2021 (Fundación Ángel Riviere, Fundación Autisme Amb Futur y Fundación Quinta) nuestra red alcanzó las 155 entidades miembro. 2021 supuso también la consolidación de la actividad formativa de la Confederación, principalmente a través del Campus Autismo España-Ángel Rivière.
Y aunque, como decíamos al principio, nuestra actividad fue normalizándose, en el ámbito de la sostenibilidad seguimos poniendo en marcha actuaciones para reducir el impacto de la COVID-19 en nuestras entidades y personas con TEA asegurando la sostenibilidad de los servicios o ayudando de forma directa a familias en situación de alta vulnerabilidad. Gran parte de este trabajo se ha podido hacer gracias a:
2022 traerá un nuevo Plan Estratégico adaptado a la realidad tanto del colectivo y de la propia organización, así como a la realidad social actual con amplias expectativas en dar una mejor respuesta a las necesidades de las personas con TEA y sus familias bajo el paraguas de esta nueva hoja de ruta.