Vida adulta
y envejecimiento
La falta de conocimiento sobre los cambios en las manifestaciones del TEA con la edad, la escasez de opciones de vivienda u ocio ajustadas a las necesidades del colectivo, los cambios en las principales personas responsables del cuidado en el núcleo familiar y la inflexibilidad de los recursos y de las figuras de protección existentes (por ejemplo, a nivel jurídico) son algunas de estas barreras.
Cuando llegan a la edad adulta, las personas con autismo se enfrentan a barreras que pueden dificultar un envejecimiento activo, entendido como un proceso que persigue optimizar oportunidades en salud, participación y seguridad.
Soluciones
Para que las personas con autismo puedan disfrutar de un proceso de envejecimiento satisfactorio, es fundamental:
Aumentar el conocimiento sobre la interacción de los procesos de envejecimiento y las características propias del autismo.
Identificar las buenas prácticas que favorezcan el envejecimiento activo.
Promover el desarrollo de apoyos específicos en todos los ámbitos, con especial interés en el cuidado de la salud, la seguridad económica, las opciones de ocio ajustadas a sus necesidades y las medidas que aseguren que la persona pueda elegir el lugar y personas con las que convivir.