“A las personas habilitadas para ser profesores se les debe exigir una formación básica para poder ofrecer a sus alumnos con autismo el apoyo específico que necesitan”
Seguimos dando voz a las personas con trastorno del espectro del autismo (TEA) que quieren compartir sus experiencias vitales. En esta ocasión, reproducimos el testimonio de Myriam Huéscar, una joven diagnosticada de TEA que estudia el máster de Formación del profesorado para facilitar el paso por el sistema educativo a otras personas con TEA. Y es que, como asegura, aún hay un enorme desconocimiento en torno al trastorno, y es fundamental que el profesorado esté formado para poder así ofrecer a sus alumnos y alumnas “el apoyo específico que necesitan para que puedan desarrollarse por completo en todas las etapas académicas (colegio, instituto, FP y universidad)”.
TESTIMONIO DE MYRIAM HUÉSCAR
Me llamo Myriam Huéscar Villa, tengo 22 años y decidí estudiar el máster de Formación del profesorado para ayudar a que el paso por el sistema educativo de las personas con autismo no sea tan angustioso como fue el mío.
Yo desde siempre he sentido que no servía para estar sentada en una silla dentro de un aula. Aunque no estuviera atenta a las explicaciones de los profesores o estuviera ausente durante las clases y experimentase múltiples dificultades, aprobaba siempre, pero normalmente las clases me sobrepasaban.
A pesar de haber tenido profesores que me han ofrecido una ayuda inmensa a los que estoy eternamente agradecida, he tenido profesores que dificultaban más aún la situación por la que estaba pasando en lugar de echarme una mano. En numerosas ocasiones, debido al enorme desconocimiento que existe en torno al trastorno del espectro autista. Y esto debe cambiar: a las personas habilitadas para ser profesores se les debe exigir poseer una formación básica para tratar con los que van a ser sus alumnos y poder así ofrecerles el apoyo específico que necesitan para que puedan desarrollarse por completo en todas las etapas académicas (colegio, instituto, FP y universidad).
Tras graduarme de Traducción e Interpretación, un grado que no me terminó de gustar, decidí que quería enfocar mis conocimientos sobre lingüística para intentar solventar algunas de las dificultades del lenguaje que presentan las personas con diversidad funcional y poder divulgar sobre ello. A día de hoy, colaboro en una revista de Fraseología y Paremiología dedicada al estudio de los refranes o frases hechas, expresiones que son realmente confusas para las personas con TEA. Además, estudio el máster de Formación de profesorado para poder atender a una diversidad que, en ocasiones, no se tiene en cuenta.
Como sabéis, con granitos de arena de muchas personas, se consiguen grandes montañas de arena y la voz de las personas con TEA también está presente en las aulas.
