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Las personas con autismo de Europa han tenido dificultades para acceder a los servicios de COVID durante la pandemia

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La pandemia mundial de la COVID-19 ha tenido un impacto sin precedentes en los sistemas de atención sanitaria y social europeos, con demandas de pruebas, capacidad hospitalaria y de cuidados intensivos que han superado los recursos disponibles en muchas regiones. Las personas con trastorno del espectro del autismo (TEA) no sólo han tenido dificultades para acceder a esos servicios sanitarios y asistenciales habituales, sino también a los de COVID-19. 

Así se desprende de una investigación publicada en la revista online ‘BMJ Open’, en la que se han revisado las políticas y directrices regionales y nacionales de 15 estados miembros de la Unión Europea, publicadas entre marzo y julio de 2020, en relación a:

  1. el acceso de las personas con TEA a las pruebas COVID-19
  1. las disposiciones relativas al tratamiento hospitalario y de cuidados intensivos
  1. los cambios en la atención sanitaria y social estándar.

Además, el estudio ha analizado los datos de la encuesta realizada por Autismo Europa sobre las experiencias vividas por 1301 personas con TEA, sus familias y sus cuidadores en los países incluidos: España, Italia, Grecia, Países Bajos, Suiza, Francia, Reino Unido, Alemania, Malta, Bélgica, Luxemburgo, Austria, Irlanda, Polonia y Portugal.

Principales resultados del estudio

Los resultados de esta investigación ponen de manifiesto que las personas con autismo han experimentado importantes barreras a la hora de acceder a los servicios de COVID-19 durante la pandemia. En concreto:

  • a pesar de tener un riesgo elevado de enfermedad grave debido a condiciones de salud concurrentes, hubo una falta de accesibilidad a las pruebas de COVID-19.
  • muchos servicios de tratamiento ambulatorio y hospitalario de COVID-19 eran inaccesibles a las personas con TEA, principalmente como resultado de diferencias individuales en las necesidades de comunicación.
  • los protocolos de triaje de las unidades de cuidados intensivos en muchos países europeos excluían, directa o indirectamente, a las personas con autismo de los tratamientos que salvan vidas.
  • las interrupciones bruscas de la atención sanitaria y social estándar sin medidas paliativas dejaron a más del 70% de las personas con autismo sin los apoyos diarios especializados que necesitan.

Por todo ello, los investigadores señalan que la pandemia de la COVID-19 ha aumentado aún más las desigualdades sanitarias existentes para las personas con autismo, lo que se deriva en una necesidad urgente de actualizar las políticas y directrices sobre accesibilidad de los servicios COVID-19 para evitar la exclusión generalizada de las personas con TEA.