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“¿Cómo preservar mi bienestar emocional?”. Consejos para familiares y otras personas cercanas a las personas con autismo durante el estado de alarma

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Con la llegada de la crisis sanitaria por el COVID-19 las rutinas de la vida de las personas con trastorno del espectro del autismo, sus familiares y todas aquellas personas cercanas se han visto modificadas de forma drástica. El confinamiento en casa durante la cuarentena por el estado de alarma ha obligado, además, al cierre de muchos servicios de atención a personas con discapacidad, lo que supone una convivencia continuada.

Los familiares y otras personas cercanas a las personas con TEA pueden experimentar las mismas sensaciones que el resto de la población en estos días de confinamiento: sensación de incertidumbre y malestar psicológico que puede traducirse en ansiedad o estrés.  A estas sensaciones se pueden sumar otras específicas como dificultades significativas para manejar la situación familiar y el comportamiento de su familiar con TEA; dificultades importantes para conciliar la situación de permanencia en el domicilio con su actividad laboral, incluyendo el teletrabajo; o la preocupación añadida del estrés que genera la cuarentena en sus familiares con autismo que pueden llegar a tener conductas negativistas o desafiantes o incluso un empeoramiento de su salud mental.

María Verde, psicóloga del área de investigación de la Confederación Autismo España, nos da algunos consejos que ayudarán a preservar el bienestar tan necesario para los familiares y otras personas cercanas a las personas con autismo.

Recomendaciones para proteger el propio bienestar emocional en cuarentena

1.   Vigila y cuida tus propias emociones: procura prestar atención a cómo te sientes cuando se plantean situaciones difíciles, pero sé consciente también de los buenos momentos que, seguro, pasaréis estos días en familia. Es importante garantizar el bienestar emocional de la persona con TEA, pero el de las demás personas de la casa también.

o   Sé muy consciente de que el encierro y el hacinamiento favorecen la irritabilidad de las personas tanto con TEA como sin TEA. Procura tomar conciencia de los momentos en que te sientes irritable y sé comprensivo/a cuando percibas irritación en los demás.

o   Es positivo hacer espacio a momentos para compartir sentimientos y emociones, sean estos de la naturaleza que sean. No hay emociones buenas ni malas, todas son necesarias para nuestro bienestar. No evites sentirlas ni reconocerlas, ante ti mismo/a y los demás.

o   Si experimentas sentimientos de culpa: plantéate cómo vives habitualmente tus responsabilidades respecto a los apoyos y cuidados. Presta atención a cómo empleas las palabras “debo”, “podría hacer”, “debería hacer”, etc. Quizás tu autoexigencia sea demasiado elevada.

o   Recuerda que es la primera vez que te encuentras ante una situación de estas características: procura ser indulgente contigo mismo/a si en algún momento crees que no estás manejando la situación de la mejor forma posible.

2.   Mantén tus rutinas de cuidado personal en la medida de lo posible: higiene, ejercicio físico, horarios de sueño, descanso y actividad.

o   Mantén tu actividad. Procura buscar estímulos y entretenimientos en tu día a día, no caigas en la inactividad o el aburrimiento. El ejercicio físico, por ejemplo, es un importante regulador del bienestar, y hay muchas formas de moverse dentro de casa.

o   Procura descansar suficiente y tener una adecuada rutina de sueño, similar a la que llevas habitualmente.

o   Come bien: mantén tus horarios habituales, siéntate a la mesa, cocina como sueles hacerlo, con alimentos saludables y procura no salir de la pauta de 5 comidas al día.

o   Si en casa disponéis de jardín, terraza o balcón, sal un rato cada día. Si no, abre las ventanas en varias ocasiones a lo largo del día, para ventilar y respirar aire fresco.

3.   Relaciónate con personas que te hagan sentir bien por vía telefónica, videollamada o whatsapp. Intentad hablar de asuntos que no tengan que ver con la situación en casa o las novedades respecto al COVID-19.

4.   Pasa tiempo en compañía de las otras personas que están en casa, pero también procura encontrar un espacio para tu privacidad e intimidad.

5.   Diviértete y disfruta de aquellas actividades que te resultan placenteras cuando sueles tener tiempo para ti en casa: leer, ver películas, dibujar, darte un baño, bailar, hacer manualidades, jardinería, etc.

6.   Ponte objetivos que se puedan lograr dentro de casa con el objetivo de disfrutar: marcarse una meta al final de estos días de encierro te ayudará a mantener la motivación a diario. Por ejemplo, aprender a tocar un instrumento, terminar un cuadro u ordenar el armario que lleva tanto tiempo esperándolo.

7.   Fija unos límites: evalúa tu capacidad de esfuerzo y de soportar la carga que preveas que va a conllevar esta situación. Establece aquellas situaciones que creas que no vas a ser capaz de sobrellevar si se dan y toma medidas preventivas en la medida de lo posible. No es el momento de elevar nuestra autoexigencia ni la productividad, sino de sobrellevar la situación de la mejor manera posible.

8. Si lo necesitas, busca atención profesional por vía telefónica u online. Numerosas personas, profesionales sociosanitarias, ofrecen estos días sus servicios de apoyo psicológico y orientación médica a distancia.

Ante todo, es importante tener muy presentes los siguientes pensamientos:

  • Cuidar de mí mismo/a es cuidar mejor de mi familiar con TEA.
  • El autocuidado me permitirá estar bien, física y mentalmente, para dar apoyo a mi familiar.
  • Si me cuido, podré realizar los esfuerzos necesarios para enfrentarme a ciertas tareas, tendré mayor sensación de control sobre la realidad que estoy viviendo y mantendré un mejor estado de serenidad y bienestar.
  • Pedir ayuda a otras personas y reconocer las propias limitaciones no es un signo de debilidad o incapacidad, sino de fortaleza y valentía.
  • Esta situación tiene un punto final, que puede estar cerca o lejos, pero existe una certeza de que terminará.
  • Todo saldrá bien.