“Carlos es un niño risueño y amigo de sus amigos”
- Compartimos el testimonio de Rocío, madre de Carlos, un niño de 4 años con autismo.
- “No le gusta que le toquen y no tiene limitaciones a la hora de salir. Además, ha aprendido a leer solo”.
Qué importantes son testimonios como este para visibilizar la necesidad de una detección y diagnóstico precoz del trastorno del espectro del autismo. El acceso a una atención temprana específica y especializada es fundamental para dar respuesta a las necesidades que presentan los niños y niñas con autismo en las primeras etapas de su desarrollo, así como para favorecer el bienestar emocional de toda la familia.
También es fundamental promover la formación específica en TEA entre los profesionales del ámbito de la salud, con el objetivo de que puedan ofrecer una valoración especializada que permita descartar o confirmar el diagnóstico.
TESTIMONIO DE ROCÍO, MAMÁ DE CARLOS
Soy Rocío, madre de un niño TEA de 4 años (Carlos). Para empezar, no conocía en absoluto lo que era el autismo, sólo tenía la imagen de aquel que se daba contra una pared.
Desde que nació Carlos, noté que era distinto a mi otra hija. Un parto con vueltas de cordón, no respondía a las primeras palmadas, pectum excavatum¹, la costra de la cabeza infectada…
Desde el primer día de vida no hacía caca, lo cual derivó en una «supuesta» alergia a la proteína de la leche de vaca. Bronquiolitis, ingresos… Pero el niño estaba bien, según todos los especialistas.
De repente, un día empezó a lanzar cosas por la ventana, todo lo que fuera al vacío. No respondía a su nombre, sólo cuando era de su interés; se metía piedras en la boca… Lógicamente ajena, pensaba que era un niño travieso. Pero en la guardería, además de no comer porque tiene problemas con las texturas, un día apareció con cinco bocados en la cara y no se defendió. Ahí saltó mi sospecha.
La pediatra no me comentó nada en ningún momento. Anduvo a los 18 meses, pero tampoco a nadie le resultó raro. Convencida de que algo pasaba, fui a un neurólogo privado y su primer diagnóstico fue “retraso madurativo con estereotipias de autismo”.
Carlos empezó terapia ocupacional y logopedia. Pero me decían que el niño no tenía nada, que sería un friki de mayor.
Entonces empecé mi periplo, por vía pública y privada. Carlos tenía un retraso madurativo nada más. Hasta que un día me crucé por la calle con su neurólogo y le dije textualmente: “usted ha dado el alta a mi hijo y mi hijo tiene algo”. Eso fue un domingo y, el jueves, estábamos sentados con un diagnóstico TEA. A partir de ahí, comenzaron los apoyos especializados, las terapias, los trámites burocráticos para ayudas…
Carlos es un niño risueño y amigo de sus amigos, pero no le gusta que le toquen. No es hipersensible a ruidos, ni tiene limitaciones a la hora de salir de casa. Ha aprendido a leer solo y tiene una gran memoria.
Ahora mismo está escolarizado en modalidad B², con PT (Maestro/a de Pedagogía Terapéutica) y sesiones de audición y lenguaje, más una monitora sombra³ que yo solicité a través de la Asociación ALTEA.
¹ Enfermedad congénita más frecuente de la caja torácica, consistente en un hundimiento del esternón, lo que condiciona una forma del tórax ‘en embudo’.
² La modalidad B hace referencia al grupo ordinario con asistencia a aula de apoyo en períodos variables, debido al requerimiento de una atención personalizada específica.
³ Profesional del ámbito de la Educación Especial que presta los apoyos necesarios al alumnado con necesidades de apoyo educativo.