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«No todas las rosas son rojas»

  • Amparo Rey, responsable de Comunicación y Relaciones Institucionales de Autismo España, ha escrito este relato sobre la variabilidad del espectro del autismo, que apareció publicado en el mes de mayo en la revista Club Renfe.
  • "Hugo es autista y, además, es único. No hay dos autistas iguales. Igual que no todas las rosas son rojas"

No todas las rosas son rojas 

Hugo vive en un barrio del sur de Madrid junto a sus padres, su hermana pequeña y su abuela. Es un adolescente de rutinas, que contesta la mayoría de las veces con monosílabos y que tiene una memoria increíble, aunque solo para aquello que le interesa.    

Todos los sábados por la mañana acompaña a su abuela a la compra y al ‘repostaje’ posterior en la bodega de Charly. Mientras ella se toma su vermut con sifón, Hugo observa las decenas de botellas de whisky, vodka, ginebra o ron que se hacinan en las estanterías de madera. Cuando vuelve a casa, coge su cuaderno y sus rotuladores y escribe, sin espacios ni puntos, los nombres de las marcas de las botellas en el orden exacto a como estaban en los estantes. El resultado es una composición artística colorida y curiosa que llena las paredes de la casa.   

Los domingos por la mañana le encanta ir con su padre y su hermana al parque que hay apenas a 10 minutos andando desde su casa. Allí, en un cerro a 21 metros de altura se alza la Dama del Manzanares. Una dama con cabeza, pero sin rostro, que mira hacia el norte, al casco urbano de Madrid. Además de un sinfín de edificios emblemáticos de la capital como las torres de Plaza de Castilla, el ‘Pirulí’ o la catedral de La Almudena, desde esa atalaya privilegiada se ve el ir y venir de los trenes que salen o se dirigen a la estación de Atocha, situada a menos de 3 km. 

Hugo se sabe todas las circulaciones. Se las estudia en la web de Renfe y es capaz de decir la procedencia o destino de cada tren según la hora por la que pasa delante de la Dama del río.    

En las últimas semanas, la familia ha introducido una nueva rutina en su agenda del fin de semana. Los sábados por la tarde van a la estación de Atocha ‘Almudena Grandes’. Cogen el bus hasta la glorieta de Carlos V. Acceden a la estación por la puerta principal. Descienden por las rampas hasta el control de salida y bajan al lobby. Hugo observa los protocolos de acceso de los viajeros a los trenes y el deambular y las prisas de los cientos de personas que cada día atraviesan la estación. Para esta aventura, Hugo se pone sus cascos de cancelación de ruidos porque este jaleo le puede llegar a molestar mucho.   

En unas semanas, la familia cogerá el AVE destino Málaga. Hugo nunca ha viajado en tren y su familia quiere asegurarse de que todo va a ir bien. Para él es muy importante la anticipación, familiarizarse con los lugares y lo que en ellos acontece. Ya sabe que podrá llevar su tablet y recargarla en el enchufe del asiento, que podrá tomar un refresco en la cafetería junto a su abuela y su vermut, y que podrá llevar su cuaderno y rotuladores de dibujo. Al llegar, hará un listado de las marcas de los productos que hay en el expositor de la cafetería.   

Todo esto es así porque Hugo es autista y, además, es único. No hay dos autistas iguales. Igual que no todas las rosas son rojas.  #SomosInfinitos  

*Este relato ha sido escrito por Amparo Rey, responsable de Comunicación y Relaciones Institucionales de Autismo España. Apareció publicado en el mes de mayo en la revista Club Renfe