«Un niño es un niño, independientemente de si existe algún tipo de diagnóstico»
- Evohé Sansegundo nos habla de su hijo Aarón, de 5 años, y de la importancia de concienciar a la sociedad sobre el autismo.
Hola, mi nombre es Evohé y esta es mi historia con el autismo. Tengo dos niños pequeños, el más pequeño se llama Aarón, tiene 5 años; le encantan los dibujos, pintar, jugar a las cocinitas, los muñecos de sus películas favoritas como «Toy Story», los libros… Ah, y es autista.
Lo cuento de esta manera porque hasta que no dices la palabra «autista», todo está bien, porque es «normal», como cualquier niño neurotípico; pero, en el momento que sale esa palabra a la luz, es como si hubieses hecho mención a algún pecado o fuese una palabra prohibida.
Aarón nació prematuro, de 33+4 semanas. Nació muerto y estuvo 6 minutos en parada. Cuando, durante varios días, solo escuchas que tu hijo no va a sobrevivir y llega el diagnóstico de autismo, sí, sigue dando miedo, pero sólo ves que él está aquí. Te armas de valor y decides que ninguna palabra va a detenerte, que no vas a dejar que una palabra te intimide o pueda contigo.
Con el paso del tiempo ves que, por mucho que se hable sobre la inclusión, la gente solo lo hace por aparentar. A mi hija mayor le han invitado a cumpleaños donde se supone que los hermanos pequeños están invitados; llegas con tus dos hijos y te das cuenta que el único niño que no tiene ni una triste silla o vaso de agua es tu hijo.
Por gestos así siempre he querido visibilizar el autismo, porque creo que es totalmente necesario que la sociedad entienda que un niño es un niño, independientemente de si existe algún tipo de diagnóstico. Por eso escribí un
cuento que se llama SOMOS, para intentar cambiar el mundo un poquito, por mi hijo y por todas las familias que han vivido y viven desprecios a sus hijos.
