“Nos reconforta más cada cosa que se consigue, porque hay que quitarse culpas”
- Compartimos el testimonio de Ana Leza, madre de un niño autista.
- "La palabra autismo me alivió. Fue un golpe duro pero un golpe de calma".
- "Hay que quitarse culpas, hay que ser un gran equipo, porque juntos, se puede".
TESTIMONIO DE ANA LEZA, MAMÁ DE LUCAS
“Como madre, eres mucho más que la culpa que sientes” TEAdmiro.
Soy Ana, la mamá de Lucas, camino de los tres años este próximo otoño.
Quiero contar mi experiencia y reconciliación con la culpa, y mucho más cuando se trata de ser mamá de un niño con autismo.
Ningún padre lleva un manual de instrucciones bajo el brazo, éramos padres primerizos e inseguros en este mundo cuando llegó él, en Octubre de 2021.
Me volcaba e informaba de todo para asegurarme de que Lucas se desarrollase con amor, cariño y cumpliendo los hitos que “se supone” que todo bebé va cumpliendo según pasan los meses.
Cuando mi hijo empezó a no cumplir los hitos esperados, empezó la culpa: ¿qué estoy haciendo mal como madre? ¿Puedo hacer algo más? ¿Estaré fallando en su crianza?
Sientes culpa porque a tu alrededor el apego parece llegar solo, las palabras también y los hitos cumplidos parece que no llegan, el pediatra te pone en jaque: Si en tres meses no se desarrolla más en ciertos niveles, hay que valorarlo.
Así fuimos valorándolo hasta que llegó la palabra DESARROLLO MADURATIVO CON RETRASO, que más adelante de convirtió en AUTISMO.
La palabra autismo me alivió. Fue un golpe duro pero un golpe de calma: MANOS A LA OBRA.
Ya podíamos ponerle nombre, tratarle adecuadamente y buscar sus terapias acorde a sus necesidades. La culpa, que a veces sigue a día de hoy, por si hay un día malo, ya no me invade por todas partes, porque sé que lleva su ritmo, y su ritmo implica subidas y bajadas que hay que abrazar.
La culpa va desapareciendo, aunque a veces asoma, para recordarte que eres humana y también fallas pero si lo que haces con tu hijo es desde el amor, siempre habrás ganado.
Habrás ganado cada vez que cumpla un hito mucho más tarde de lo esperado.
Y así voy ganando yo, poniéndome una capa y poniendo otra a mi hijo ya que cada mirada, cada palabra, cada hito, cada cosa CUENTA.
El día que dijo su nombre fue uno de los mejores de mi vida.
Tiene una hermanita de 10 meses y poco a poco se relaciona con ella, y si la maternidad cambia la persona y la pareja, en estos casos, más, pero nos reconforta más cada cosa que se consigue.
Porque hay que quitarse culpas, hay que ser un gran equipo, porque juntos, se puede.
Porque cuando no se pueda, estaremos juntos.
Este es un mensaje para todas las mamás y papás con hijos autistas que luchan cada día, para quitarnos esa culpa que llevamos y para ser un gran equipo en pareja, aunque a veces sea difícil.
Te quiero Lucas.
Te quiero, Alvaro (mi equipo).
Os quiero, familia, terapeutas, por hacer que la culpa vaya desapareciendo y por celebrar cada paso juntos.
Seguimos avanzando.
Juntos, se puede.
Ana Leza
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