“A pesar de haber sentido durante mucho tiempo que no encajaba en esta sociedad, nunca consideré la posibilidad de ser autista”
- Compartimos el testimonio de Ester, una mujer autista que recibió el diagnóstico con casi 50 años.
- "Me di cuenta del alto porcentaje de adultos autistas en edad de trabajar que no conseguían empleo e incluso, aquellos que, tras recibir su diagnóstico, eran despedidos de sus trabajos".
Ester es una mujer autista que ha recibido el diagnóstico con casi 49 años, lo que le ha privado de poder acceder, cuando lo necesitaba, a los apoyos especializados que le ayudaran a mejorar su calidad de vida. Por ello, como nos cuenta, durante mucho tiempo ha sentido que no encajaba en la sociedad, que nadaba “contra la corriente”.
Un ataque de ansiedad muy intenso fue el detonante para someterse a una evaluación exhaustiva que derivó en el diagnóstico de TEA. Fue entonces cuando se dio cuenta del alto porcentaje de personas adultas autistas que no trabajaba o que había perdido su empleo tras recibir su diagnóstico. Por ello, ha fundado una empresa para ayudar al colectivo a encontrar un empleo, reuniendo “el talento de las personas autistas con aquellas empresas que creyeran en la inclusión”.
Testimonio de Ester, mujer autista cofundadora de Teamworkz
Me llamo Ester y soy una persona autista con diagnóstico tardío, muy tardío, rondando los 49 años, que está tratando de montar una empresa que se dedique a la búsqueda de empleos para personas autistas, Teamworkz.
El nacimiento de Teamworkz está estrechamente ligado a mi propio diagnóstico, el cual fue inesperado y no buscado. A pesar de haber sentido durante mucho tiempo que no encajaba en esta sociedad, donde constantemente me encontraba nadando contra la corriente, nunca consideré la posibilidad de ser autista. En su lugar, pensaba que el resto de la humanidad carecía de criterio propio y por eso actuaban todos de la misma manera. 😅
Un día, experimenté un ataque de ansiedad muy intenso, el más fuerte que había tenido hasta entonces, lo cual me llevó a terminar en urgencias y posteriormente ser derivada a salud mental. Tras varios intentos fallidos de diagnóstico (digo fallidos porque ninguno se ajustaba por completo a mi situación), mi psicóloga concluyó que yo era autista. Quiero mencionar que, hasta ese momento, mi psicóloga tenía un conocimiento nulo sobre el autismo. Sin embargo, gracias a su perseverancia e interés por ayudarme, logró llegar al diagnóstico.
Debido a los limitados conocimientos que poseía ella en relación al autismo, decidí acudir a una asociación para someterme a una evaluación completa, lo cual también contribuiría a que mi psicóloga me brindara una mejor ayuda. En la asociación, se confirmó el diagnóstico de TEA 1.
A partir de ese momento, como muchos otros autistas, comencé a sumergirme en las redes sociales en busca de respuestas a todas las preguntas que tenía, y a leer artículos sobre el tema. Después de varios meses, llegué a la conclusión de que tenía que hacer algo más, que necesitaba ayudar a generar conciencia e informar sobre el autismo. No sé si ya os lo imaginabais o no pero tomé esta decisión porque estaba cansada de recibir comentarios del tipo “no pareces autista”, “todos somos un poco autistas” o “no eres autista porque tienes marido e hijos”, entre otros. Así que creé mi perfil de @ConcienCEA en Twitter y, más tarde, en Instagram.
Fue entonces cuando me di cuenta del alto porcentaje de adultos autistas en edad de trabajar que no conseguían empleo, e incluso aquellos que, tras recibir su diagnóstico, eran despedidos de sus trabajos a pesar de haber estado en la misma empresa durante años. Tras hablarlo con familiares y amigos, llegamos a la conclusión de que sería una buena idea crear una empresa que reuniera el talento de las personas autistas con aquellas empresas que creyeran en la inclusión. Y aquí me encuentro ahora, intentando poner en marcha el proyecto de Teamworkz.🤷♀️
¡Espero que os haya gustado mi historia!