“El nuevo baremo supone un avance en la valoración del grado de discapacidad en el caso de las personas con autismo”
- Con motivo de la entrada en vigor del nuevo baremo para la valoración y calificación del grado de discapacidad, hablamos con Ruth Vidriales, directora técnica de Autismo España y presidenta de la Comisión de valoración de la discapacidad del CERMI.
- El nuevo baremo, aprobado en octubre del año pasado, recoge sustanciales avances para las personas en el espectro del autismo.
Hoy entra en vigor el nuevo baremo para la valoración y calificación del grado de discapacidad, aprobado el pasado mes de octubre por el Consejo de Ministros y que recoge, después de años de reivindicación, sustanciales avances para las personas con trastorno del espectro del autismo (TEA).
Así, el Real Decreto que regula el procedimiento para valorar y determinar el grado de discapacidad publicado en el BOE incorpora la clasificación de “trastorno generalizado del desarrollo”, donde se recogen las características nucleares del trastorno del espectro del autismo. Además, reconoce esta condición de manera independiente y diferenciada del diagnóstico de discapacidad intelectual, una reivindicación histórica del movimiento asociativo del autismo.
La aprobación de nuevo baremo de discapacidad ha sido posible gracias a la labor de incidencia política y técnica llevada a cabo por el CERMI durante más de una década. Un trabajo en el que Autismo España ha estado muy presente, ya que nuestra directora técnica, Ruth Vidriales, es también la presidenta de la Comisión de valoración de la discapacidad del CERMI. Hablamos con ella para conocer cómo beneficiará este nuevo baremo a las personas en el espectro del autismo.
ENTREVISTA A RUTH VIDRIALES, DIRECTORA TÉCNICA DE AUTISMO ESPAÑA Y PRESIDENTA DE LA COMISIÓN DE VALORACIÓN DE LA DISCAPACIDAD DE CERMI
Pregunta (P.) – Hoy entra en vigor el nuevo baremo de valoración de la discapacidad. ¿Qué cambios supone respecto al anterior y cómo va a beneficiar a las personas en el espectro del autismo?
Respuesta (R.) – El nuevo procedimiento de valoración sustituye al que estaba vigente desde el año 1999, que había quedado totalmente desactualizado y que, además, no cumplía con las obligaciones que impone la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas.
Este nuevo baremo supone un avance en la valoración del grado de discapacidad en el caso de las personas con autismo ya que incorpora la categoría de “trastorno generalizado del desarrollo” y la clasificación de diagnósticos incluidos en la misma, en coherencia con la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) de la Organización Mundial de la Salud que está vigente en nuestro país. Este reconocimiento visibiliza el impacto que produce el trastorno del espectro del autismo en la calidad de vida y en el funcionamiento adaptativo de cada persona que lo presenta. Y también reconoce la necesidad de acceder a los apoyos que cada persona necesita durante su vida para tener las mismas oportunidades y derechos que los demás.
Sabemos que el nuevo baremo tiene limitaciones, ya que no recoge la descripción actualizada del trastorno del espectro del autismo que está incluida en las clasificaciones DSM-5 y CIE-11, que son las más recientes. No obstante, creemos que la incorporación del autismo de manera específica es un gran avance y que ayudará a que muchas personas vean reconocidas sus necesidades y los apoyos que requieren a lo largo de sus vidas.
P. – ¿Podemos decir que el nuevo modelo supone evolucionar desde un enfoque médico-rehabilitador de la discapacidad hacia una consideración social?
R. – Sí, esa es su finalidad. El nuevo baremo cuenta con varios instrumentos que complementan la evaluación de las condiciones “médicas” o de salud que pueda presentar una persona. El baremo recoge estas condiciones, y también evalúa de qué manera impactan en el desempeño de las actividades de la vida diaria. En este sentido, el nuevo baremo plantea un sistema más global de valoración de la discapacidad, ya que identifica las barreras y los facilitadores que la persona encuentra en el entorno para participar y tener las mismas oportunidades que el resto de la ciudadanía.
En este sentido, podemos decir que sí supone un avance hacia el modelo social de la discapacidad. El nuevo baremo entiende que las dificultades de desempeño que una persona encuentra en su vida cotidiana no son sólo el resultado de un diagnóstico clínico, sino que las condiciones que lo provocan interactúan con el contexto en el que la persona se desenvuelve. Éste puede incluir elementos que faciliten la vida de la persona o, por el contrario, barreras que la dificulten de manera significativa. Y las barreras no son sólo físicas, sino también la ausencia de apoyos, la complejidad de la información, o la falta de concienciación o sensibilización hacia la diversidad.
P. – Ante la entrada en vigor del nuevo baremo, Autismo España considera esencial la formación de las personas responsables de realizar la valoración de la discapacidad. ¿En qué aspectos en concreto?
R. – Sí, la formación de los equipos de valoración es esencial para garantizar la actualización de sus conocimientos y metodologías conforme al nuevo sistema de valoración. Y también para identificar, en función de este nuevo modelo social, los elementos que deben tener en cuenta a la hora de valorar cada situación individual, porque son susceptibles de generar un mayor impacto en ese caso en concreto.
En el caso del autismo, es esencial que los equipos de valoración incorporen los avances de conocimiento que se han producido en la última década, y que han llevado a modificar los sistemas de clasificación diagnóstica. Creemos que la formación tiene que incorporar la heterogeneidad de realidades que caracterizan el trastorno del espectro del autismo para garantizar que, en todos los casos, la evaluación de la discapacidad gradúa adecuadamente el impacto que produce en la vida de cada persona. Y este impacto va a ser distinto, aunque se comparta el mismo diagnóstico. Y va a depender también de existen otros factores que puedan incrementar la vulnerabilidad o intensificar las barreras que encuentra la persona, (asociación a otras condiciones que incidan en la salud física o mental, género, edad, situación socioeconómica, etnia, etc.).
P.- El nuevo baremo cuenta con el consenso y el acuerdo entre el Estado, las Comunidades Autónomas y el sector de la discapacidad, y establece criterios comunes más allá del territorio o Administración de referencia. ¿Permitirá esta medida agilizar los procesos de valoración y revisión de la discapacidad?
R. – Esperamos que sea así, y que este consenso facilite también una aplicación más homogénea y criterios compartidos por parte de todos los territorios. Creemos que es muy importante garantizar este aspecto para minimizar las desigualdades y asegurar que la valoración de la discapacidad responde a criterios técnicos comunes, que favorezcan también la igualdad en el reconocimiento de los derechos de la persona y el acceso a los apoyos que necesita, con independencia del lugar donde resida.