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30.03.2021 Sensibilización

La pandemia de la Covid-19 ha aumentado la vulnerabilidad de las personas con autismo y sus familias”

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“La pandemia ha aumentado la vulnerabilidad de un colectivo que ya tiene un riesgo superior de verse excluido en ámbitos como la educación y el empleo. Ha incidido en su salud mental, su bienestar emocional, sus oportunidades para acceder a una educación o para mantener sus puestos de trabajo”. Así lo ha asegurado la directora técnica de Autismo España, Ruth Vidriales, durante el acto insitucional organizado por Autismo España para celebrar el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, en el que ha presentado las principales conclusiones de dos estudios realizados por la Confederación para analizar dicho impacto:

Tras analizar las barreras encontradas por el alumnado con TEA y sus familias durante el confinamiento, así como las identificadas por los y las profesionales de los equipos específicos de orientación especializada, la Confederación concluye que en el ámbito educativo existe:

  • falta de ajustes y adaptaciones específicas en las metodologías de educación a distancia
  • limitaciones en la disponibilidad y acceso a los apoyos profesionales y recursos materiales necesarios para la educación no presencial
  • incremento de dificultades de autorregulación y de problemas relacionados con el bienestar emocional
  • interrupción o dificultad para ejercer las tareas propias de los equipos de orientación específica

 Teniendo en cuenta este escenario, las propuestas para mejorar la calidad de la educación en los nuevos escenarios educativos impuestos por la COVID-19 pasan por:

  • generar conocimiento específico sobre las necesidades del alumnado con TEA en relación a los nuevos escenarios educativos impuestos por la pandemia
  • proporcionar una respuesta ajustada a las necesidades y fortalezas del alumnado en el espectro del autismo, considerando especialmente a aquellos y aquellas que presentan mayores necesidades de apoyo
  • generar recursos para asesorar a los centros educativo favoreciendo especialmente la formación del profesorado en competencias digitales
  • crear redes de apoyo e intercambio, contando con la participación de entidades especializadas en autismo, organizaciones y servicios fuera del ámbito educativo
  • favorecer la coordinación con las familias, y su acceso a los recursos tecnológicos que sean necesarios para la educación no presencial

Conviene señalar que la presencia del alumnado en el espectro del autismo en la educación no universitaria ha crecido un 160% en los últimos ocho años (Confederación Autismo España, 2020) y que un 23,3% del total del alumnado con necesidades educativas especiales asociadas a una discapacidad tiene TEA (1 de cada 4).

Este informe, elaborado por Autismo España en mayo de 2020 a partir de los datos aportados por 80 entidades socias de la Confederación, estima en más de 6,2 millones de euros el impacto económico inmediato del coronavirus en las entidades que facilitan servicios de apoyo especializados a las personas con TEA y sus familias.

Del impacto total, la pérdida de financiación pública y privada y de cuotas de servicios, las adaptaciones de los centros ante la nueva normalidad y los gastos en personal, sanitarios y desinfección supusieron más de 5,3 millones de euros.

Testimonios en primera persona

Conocidos los datos del impacto del COVID en el colectivo, hemos podido escuchar los testimonios en primera persona de Sofia Mediavilla, mujer diagnosticada de TEA, y Susana Guri, madre de un chico con autismo y miembro de la Junta Directiva de Autismo España.

Para Sofía Mediavilla, estudiante del Grado de Historia, lo más duro ha sido el confinamiento. “Me afectó anímica y físicamente. Echaba de menos no poder quedar con mis amigos, interactuar con otras personas y mis intervenciones en la asociación, que para mí eran fundamentales. Además, se incrementaron mis problemas para conciliar el sueño y me preocupaba mucho por mi madre y por mi hermano, que es enfermero, por si cogían el COVID”, ha asegurado Sofía. Por lo que respecta al ámbito educativo, sostiene que ha echado en falta “las clases presenciales, el apoyo de mis compañeros, pero ha sido positivo sustituir los exámenes por trabajos”.

Susana Guri, ha coincidido en que lo más difícil de la pandemia fue el confinamiento, “dejar de hacer todo de un momento a otro y quedarse en casa”. Además, “en este contexto tan difícil, tuvimos que trasladar a mi hijo Nacho la pérdida de su abuelo”, pero “se adaptó mejor de lo esperado, se hizo más flexible en sus rutinas y nos ayudó a sonreír en los momentos difíciles”. Susana Guri también ha señalado que echaron en falta “apoyos en el ámbito educativo, porque no estábamos preparados para la educación a distancia”, a pesar del esfuerzo realizado por los y las profesionales de la educación que trabajaron con su hijo.