Dr. Celso Arango: ‘El pensar que se va a encontrar una causa del autismo denota una absoluta ignorancia sobre el tema’

En 1998 la prestigiosa revista The Lancet publicó un estudio fraudulento liderado por el médico británico Andrew Wakefield. Este artículo afirmaba que existía una relación entre la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubéola) y el desarrollo de autismo en niños (se estudiaron un total de 12 niños). Wakefield tenía vínculos económicos con abogados que querían demandar a fabricantes de vacunas y había solicitado una patente para una vacuna alternativa. Investigaciones posteriores revelaron que Wakefield había manipulado los datos de los pacientes para que coincidieran con su hipótesis. El artículo generó una gran caída en las tasas de vacunación y alimentó el movimiento antivacunas, lo que llevó a brotes de enfermedades prevenibles como el sarampión. Finalmente en el año 2010 retiró formalmente el artículo y a Wakefield se le retiró su licencia para ejercer la medicina por mala conducta profesional. Numerosos estudios posteriores han demostrado de forma robusta y replicada por grupos independientes que no existe relación entre las vacunas y el autismo. Estos estudios en los que no se encuentra ninguna relación entre la vacunación y el autismo son estudios epidemiológicos con gran rigor metodológico que incluyen millones de personas. Ejemplo de ellos son el estudio Danés que estudia a los 650.000 niños nacidos entre 1999 y 2010 en ese país (1).
Los problemas complejos requieren soluciones complejas. El pensar que se va a encontrar una causa del autismo denota una absoluta ignorancia sobre el tema. El ponerle fecha a ese “descubrimiento” ahonda en el desconocimiento de lo que son condiciones complejas del neurodesarrollo que tienen múltiples causas (hereditarias, biológicas y ambientales). Solo desde una ideología reduccionista que quiere imponer “la causa” del autismo a algún factor ligado a dicha ideología se puede entender esta necedad.
Ni siquiera a través de la democracia una mayoría política tiene el poder de dictar la verdad científica ni el poder de impedir que científicos independientes investiguen y publiquen sus datos por mucho que estos contradigan sus ideologías. Esto es algo que ha sucedido en otros campos y distintas ideologías como la negación de los efectos nocivos del cannabis. No debemos olvidar lo que nos dijo el sabio Miguel de Unamuno: ‘La ciencia nos enseña, en efecto, a someter nuestra razón a la verdad y a conocer y a juzgar las cosas tal como son, es decir, como ellas eligen ser y no como quisiéramos que fueran’.
La no vacunación aumenta el riesgo de muerte del no vacunado y no del autismo, además de poner en riesgo al resto de la población.
Dr. Celso Arango
Director, Institute of Psychiatry and Mental Health
Chair, Department of Child and Adolescent Psychiatry
Hospital General Universitario Gregorio Marañon. Professor of Psychiatry Universidad Complutense de Madrid.Full Adjunct Professor of Psychiatry King´s College London and University of California San Francisco (UCSF)
Visiting Professor University of Maryland.
CIBERSAM.