«Autismo Córdoba valora muy positivamente el movimiento asociativo, activo, reivindicativo y beligerante»
- Hablamos con Francisca Suárez, presidenta de Autismo Córdoba, en el 30 aniversario de la entidad.
- "Cada persona con autismo es única. Por eso, los apoyos deben ser flexibles, personalizados y centrados en lo que cada una necesita, desea y puede hacer."
- "Vivimos una situación de asfixia económica que nos obliga a buscar nuevas fuentes de financiación y a adaptar nuestros programas a las nuevas realidades".

La Asociación Autismo Córdoba lleva trabajando desde 1995 para ofrecer servicios y apoyos especializados a las personas con autismo y sus familias en esta provincia andaluza. Con motivo del 30 aniversario de la entidad, hablamos con su presidenta, Francisca Suárez, que hace un balance «profundamente positivo y lleno de orgullo». «Desde nuestros inicios […], hemos recorrido un camino de crecimiento constante y compromiso inquebrantable y hemos logrado hitos significativos», entre los que destacan:
- «Reconocimiento institucional: En 2011, obtuvimos la declaración de utilidad pública por parte del Ministerio del Interior y del Ayuntamiento de Córdoba, lo que consolidó nuestra labor y nos permitió ampliar nuestros servicios. Además, en 2025 hemos recibido la Bandera de Andalucía de la Solidaridad y la Concordia, un reconocimiento que nos impulsa a seguir adelante con más fuerza
- Expansión de servicios: En 2013, iniciamos el programa de atención temprana infantil y, en 2015, firmamos el primer concierto con la Junta de Andalucía para disponer de un Centro de Atención Infantil Temprana (CAIT), que en 2020 se constituyó como específico de autismo. También en 2013 comenzamos el programa de vida adulta y, en 2017, pusimos en marcha el programa Faroh, dirigido a personas con TEA Grado 1.
- Crecimiento de la comunidad: Nuestra asociación ha pasado de ser un pequeño grupo de familias a integrar a más de 300, ofreciendo servicios especializados y promoviendo la inclusión social».
Preguntada por los desafíos a los que se enfrenta Autismo Córdoba, Francisca Suárez no duda en apuntar «la falta de actualización de los conciertos con las administraciones y la insuficiencia de recursos públicos, que ponen en riesgo los servicios que prestamos, […] porque no son suficientes ni están bien ajustados a las necesidades reales». «Vivimos una situación de asfixia económica que nos obliga a buscar nuevas fuentes de financiación y a adaptar nuestros programas a las nuevas realidades, como el aumento de diagnósticos de TEA en la edad adulta», sostiene. «Desde entidades como la nuestra seguimos prestando servicios esenciales, pero muchas veces con medios muy limitados. Necesitamos una financiación más justa y estable para poder garantizar una atención continua y de calidad a todas las familias que lo necesitan».
Por ello, asegura sin dudar que, en este 30 aniversario, «reafirmamos nuestro compromiso con las personas con autismo y sus familias. Seguiremos trabajando con la misma ilusión y determinación que el primer día, con la esperanza de construir un futuro más inclusivo y de contar con el apoyo de toda la ciudadanía para hacer realidad proyectos tan necesarios como nuestro Centro Integral de Recursos». Para contar con ese apoyo es fundamental «seguir sensibilizando a la sociedad porque, aunque cada vez hay más conocimiento sobre el autismo, aún existen muchos prejuicios o ideas erróneas. La formación y la concienciación deben llegar a todos los ámbitos: desde la sanidad hasta la justicia, la policía, el deporte o la cultura», señala Suárez.
Además, para seguir mejorando la calidad de vida de las personas con autismo y sus familias, la presidenta de Autismo Córdoba apunta varios aspectos en los que es necesario avanzar:
- Detección precoz: «Uno de los más importantes es poder detectar el autismo lo antes posible, sobre todo en los primeros años de vida, pero también facilitar que los adultos puedan acceder a un diagnóstico cuando lo necesiten. Muchas personas llegan tarde y eso significa años de incertidumbre y falta de apoyo», sostiene.
- Educación: «También es fundamental que la educación sea realmente inclusiva y adaptada. Aunque se han dado pasos, aún faltan recursos, profesionales formados y apoyos suficientes para que cada niño o niña con autismo pueda aprender en igualdad de condiciones. Y no solo en la etapa escolar: cuando las personas con autismo llegan a la edad adulta, muchas veces se encuentran con un vacío. Hay que crear más programas que les ayuden a desarrollar su autonomía, encontrar un empleo o simplemente participar en la vida social como cualquier otra persona».
- Familias: «Las familias también necesitan más apoyo. Muchas veces son el único sostén de la persona con autismo y eso puede ser agotador. Es necesario que tengan espacios de respiro, ayuda psicológica y acompañamiento, porque cuidar sin apoyo no es sostenible».
«Cada persona con autismo es única»
Actualmente, la Asociación Autismo Córdoba presta servicios y apoyos especializados a más de 360 familias en la provincia de Córdoba. «Este crecimiento refleja el compromiso continuo de la asociación desde su fundación en 1995 por un pequeño grupo de familias que buscaban mejorar la calidad de vida de las personas con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) […] y dar respuesta a la falta de recursos y comprensión sobre el autismo», asegura orgullosa Francisca Suárez, que añade: «Autismo Córdoba, en la actualidad, es la única entidad del ámbito social en la provincia que atiende a personas con diagnóstico de autismo».
En cuanto al equipo profesional, «Autismo Córdoba cuenta con un equipo multidisciplinar compuesto por 28 empleados. Este equipo incluye psicólogos, logopedas, terapeutas ocupacionales, maestros de educación especial y trabajadores sociales, todos comprometidos con brindar una atención integral y personalizada a las personas con TEA y sus familias», destaca Suárez. «Además, la asociación cuenta con el apoyo de 43 voluntarios, cuya colaboración es fundamental para llevar a cabo diversas actividades y programas. Este equipo humano trabaja en diversas áreas, incluyendo atención temprana, programas para adolescentes y adultos, y servicios de apoyo a las familias, con el objetivo de promover la inclusión social y mejorar la calidad de vida de las personas con TEA en la provincia de Córdoba».
En este sentido, insiste: «Es importante recordar que cada persona con autismo es única. No hay un solo perfil ni una sola forma de vivir el autismo. Por eso, los apoyos deben ser flexibles, personalizados y centrados en lo que cada persona necesita, desea y puede hacer. Al final, se trata de respetar su ritmo, sus decisiones y su forma de ver el mundo».
Servicios especializados a lo largo de todo el ciclo vital
Los servicios que ofrece Autismo Córdoba abarcan todo el ciclo vital de la persona con autismo. Comenzando por la etapa escolar, la entidad cuenta con un servicio de apoyo a la inclusión del alumnado TEA, «pensado para que los niños y niñas con autismo puedan participar en la vida escolar de forma activa, adaptada y en igualdad de condiciones», asegura Francisca Suárez. «Este servicio se desarrolla a través de un acompañamiento individualizado en el entorno educativo, siempre en coordinación con los centros escolares, las familias y otros profesionales que intervienen en el desarrollo del menor. El objetivo es que el alumnado con TEA no solo esté presente en el aula, sino que participe y aprenda en ella de forma significativa, con los apoyos que necesite. Para ello, se trabajan aspectos como la adaptación de materiales, la estructuración del entorno, la organización del tiempo y las rutinas, la intervención en habilidades sociales y comunicativas, y el entrenamiento en autonomía personal dentro del contexto escolar. También se asesora y forma al profesorado, para que comprenda mejor las características del autismo y puedan dar respuestas más ajustadas y respetuosas».
Este servicio no se limita solo a los apoyos dentro del aula sino que, como apunta Suárez, «también busca que el niño o niña con autismo participe en el recreo, las excursiones, las actividades extraescolares y todas las experiencias educativas que vive el resto del alumnado. Porque la inclusión no es estar “sentado en clase”, es formar parte de la comunidad escolar». En este sentido, sostiene, «los beneficios de este acompañamiento son muchos. Por un lado, ayuda al alumnado con autismo a desarrollar todo su potencial en un entorno natural como es la escuela. Por otro, mejora su bienestar emocional, ya que se sienten más seguros, comprendidos y aceptados. Además, facilita su relación con los compañeros, favorece la convivencia y contribuye a que el resto del alumnado crezca en valores como el respeto, la empatía y la diversidad».
La adolescencia es una etapa complicada para cualquier persona, «pero cuando se tiene autismo, esos cambios pueden vivirse con aún más intensidad», asegura la presidenta de Autismo Córdoba. Por eso, en su entidad pusieron en marcha el programa Avanza, «pensado específicamente para acompañar a chicos y chicas con TEA en ese momento de sus vidas. En Avanza se trabaja en grupos pequeños para que puedan aprender y relacionarse en un entorno seguro y adaptado. A través de actividades prácticas y muy centradas en su día a día, les ayudamos a mejorar sus habilidades sociales, aprender a comunicarse mejor, ganar autonomía, entender sus emociones y también a conocerse a sí mismos, aceptarse y ganar confianza. Además, se les ofrece orientación para la toma de decisiones formativas y personales, ayudándoles a elegir caminos que se ajusten a sus intereses y capacidades. Incluso se tratan temas como la afectividad y la sexualidad, siempre con mucho cuidado y respeto. Todo esto se hace también en contacto con las familias, para que puedan acompañar mejor a sus hijos e hijas en esta etapa. Al final, lo que conseguimos con Avanza es que estos adolescentes encuentren un espacio donde se sienten comprendidos, donde pueden ser ellos mismos, relacionarse con otros jóvenes con experiencias similares y prepararse poco a poco para la vida adulta. Muchos de ellos pasan de sentirse fuera de lugar a descubrir que no están solos, y que pueden avanzar, con apoyo, hacia un futuro con más seguridad y autonomía».
Para las personas adultas, «Autismo Córdoba aún no dispone de un concierto con la Junta de Andalucía para un Centro de Día u Ocupacional, aunque trabajamos en ello con la mayor intensidad», asegura Suárez, que añade: «No obstante, ofrecemos un Programa de Vida Adulta que funciona igual que un Centro de esas características, donde se trabajan muchos aspectos de la vida diaria. Este programa […] les ayuda a ganar autonomía y a participar activamente en la sociedad. A través de diferentes actividades y talleres, trabajan habilidades prácticas como el manejo de la vida diaria, la comunicación, las relaciones sociales y la preparación para el empleo. Además, ofrece orientación personalizada para que cada persona pueda desarrollar sus propias metas según sus intereses y capacidades. El programa también acompaña a las familias para que se sientan apoyadas durante este proceso. En definitiva, el programa busca que las personas con autismo puedan vivir de forma más independiente, con confianza y en igualdad de oportunidades».
Pero el autismo no impacta solo en la persona que lo presenta, sino también en todo su entorno familiar. En este sentido, «desde hace muchos años, Autismo Córdoba tiene en plantilla la figura del trabajador/a social, contamos con dos trabajadores de este perfil, encargados de la de primera atención a la familia, acogimiento, apoyo y asesoramiento en todas las demandas, junto a la dirección técnica», comenta la presidenta de la entidad. «Estas personas coordinan las siguientes actuaciones: Escuela de Familias, Escuela de Hermanos, Encuentros Familiares y Jornadas sobre información de recursos.
La importancia del movimiento asociativo del autismo
La Asociación Autismo Córdoba es socia de la Federación Autismo Andalucía y de la Confederación Autismo España. Preguntada por la importancia del movimiento asociativo del autismo en la defensa de los derechos y la igualdad de oportunidades de las personas autistas y sus familias, Francisca Suárez no duda en afirmar: «Nos encontramos en una etapa donde está aumentando la prevalencia de las personas con TEA y los recursos son insuficientes, por ello es fundamental el papel de la Confederación realizando incidencia política y coordinando a todas las Federaciones para trabajar en marcos comunes en todos los ámbitos».
«Para arrancar esos compromisos», apunta, «es la Federación la que debe jugar ese importante papel, dado que las competencias las tienen delegadas las comunidades autónomas, trabajando intensamente a nivel político y con el resto de entes sociales que trabajan en el ámbito de la discapacidad, siendo beligerantes, esta cuestión la echamos de menos, así como tener una relación más cercana con la asociaciones provinciales, propiciando el intercambio de experiencias, de buenas prácticas, de puesta en común, de acciones comunes y cumplir con la función de apoyo y asesoramiento».
La presidenta de Autismo Córdoba percibe que «la Confederación trabaja con intensidad, como demuestran los múltiples Programas que lleva a cabo y de los que participa Autismo Córdoba en buena medida. Las múltiples coordinaciones establecidas con otros entes y la pertenencia a muchos de ellos como miembros, la profesionalización de la entidad sin perder de vista el espíritu asociativo, todo ello termina repercutiendo en una mayor visibilidad, en ser tenidos en cuenta en casi todos los ámbitos sociales, políticos, económicos, etc, lo que sin duda repercutirá en la calidad de vida de las personas con TEA y en la de sus familias y en la protección de sus derechos; también se trabaja hacia ese difícil objetivo que es la igualdad de oportunidades, en este punto queda muchísimo por hacer». Por todo ello, asegura, «Autismo Córdoba valora muy positivamente el movimiento asociativo, activo, reivindicativo y beligerante».