Hoy, 5 de octubre, se celebra el Día Mundial de los Docentes, una fecha para reconocer y visibilizar la labor tan importante que realizan quienes ejercen esta profesión tan vocacional, fundamental para promover la transformación social y garantizar un sistema educativo de calidad para todos los alumnos y las alumnas. Por lo que respecta al alumnado con trastorno del espectro del autismo (TEA), este trabajo es aún más importante si cabe, ya que se añade el factor de la discapacidad y la especificidad propia del trastorno.
Por eso, desde Autismo España hemos querido dar voz a dos de estos docentes, que llevan trabajando con alumnado con TEA más de una década, tanto en un Centro de Educación Especial como en un colegio ordinario (no debemos olvidar que hay alumnado con TEA en ambas modalidades educativas). Se trata de Laura del Río González, directora y profesora del CCEE “Centro Docente Autismo León”, y Santiago García de Mingo, profesor de Pedagogía Terapéutica (P.T) del Colegio Gredos San Diego (Alcalá de Henares, Madrid).
Queda un largo camino para mejorar la ratio profesorado-alumnado con TEA
Ser docente “es una profesión que te devuelve más de lo que das y que, año a año, te hace crecer como persona”. Así define Laura del Río, directora y profesora del CCEE “Centro Docente Autismo León”, la profesión de docente. Sin embargo, añade, “todavía nos queda camino por recorrer para que realmente se reconozca toda la labor de presente y de futuro que realizamos”.
A esta afirmación se suma Santiago García de Mingo, profesor de Pedagogía Terapéutica (P.T) del Colegio Gredos San Diego, incidiendo en que “nos queda un largo camino para mejorar la ratio de profesorado-alumnado para que sea más ajustada a las necesidades que se presentan en los centros educativos”.
En relación con la Educación Especial, Laura asegura que “la discapacidad tiene algo precioso que te atrapa desde el principio. Es una mezcla de verdad, superación, bondad y quería ser parte de ello”. Por tanto, añade, es “un regalo conocer y tener la oportunidad de enseñar a una persona con TEA”. De la misma opinión es Santiago, que afirma que “el trabajo con mi alumnado TEA siempre es muy gratificante por el reto que supone, aprendo cada día a entender su mundo y su manera de percibir su contexto, es un gran trabajo conjunto al alumnado, las familias y profesorado”.
Educación de calidad, específica y centrada en la persona, principal reivindicación de Autismo España
Para garantizar una educación de calidad, asegura Laura, “se necesita un conocimiento profundo de las metodologías específicas y, sobre todo, de cada persona con TEA con la que trabajas, porque no olvidemos que cada una de ellas es única […] y es preciso darle las herramientas necesarias”. En este sentido, añade, “la metodología adecuada y la CONSTANCIA es algo fundamental en la intervención de personas con TEA, hace que alcancemos metas que incluso a mí me cuesta creer”.
Santiago, por su parte, señala la importancia de “fomentar todos los procesos de expresión y comprensión verbal, comunicación, contenido y uso, pragmática, habilidades sociales y apoyo curricular de las áreas instrumentales”.
En todo este proceso, añade Laura, “las familias han de ser un apoyo fundamental para poder generalizar todos los avances que se producen en el centro educativo”, ya que las herramientas y aprendizajes que les estamos enseñando les van a acompañar toda su vida”. En este mismo sentido, Santiago asegura que es “muy importante el grado de aceptación o compromiso con la familia a la hora de colaborar con el colegio; es clave en la evolución del alumnado un profesorado y familias formados para poder trabajar en las necesidades especiales de este alumnado, tanto dentro como fuera del contexto educativo […] para poder dotar de mayores herramientas al alumnado TEA”.
Otro aspecto importante en el que incide Santiago es la realización de un diagnóstico precoz. “En muchos casos queda pendiente a lo largo de su etapa de escolarización […] y es muy importante que sean diagnosticados mucho antes, con el objetivo de beneficiarse de una escolarización más ajustada a sus necesidades”.
En este sentido, Laura cree que, en los últimos años, “ha habido un aumento de visibilización, formación y sensibilización sobre autismo, y esto está dando sus frutos, aunque debemos seguir en esta línea porque aún queda camino por recorrer”. Y lo mismo opina su compañero de profesión, que añade que es “necesario mayor formación para el profesorado, con el objetivo de hacer una pronta detención de las necesidades; la creación de departamentos de orientación estables en cada centro educativo de primaria e infantil, la ampliación de profesorado especialista. Además de ello, considero el recurso de AULA TEA uno de los mejores por el número de especialistas y alumnos que forman parte de las aulas que hacen posible una mejor atención a profesorado, familia y alumnado”.
Además, añade Santiago “se necesita mayor apoyo por parte de las instituciones para lograr llegar a todo el alumnado. En materia de educación especial necesitamos recursos económicos, tecnológicos y personal para poder hacer frente a las necesidades educativas que cada vez son mayores en las aulas”, una reivindicación que Autismo España hace suya con el fin de garantizar la educación de calidad a todo el alumnado con TEA.
“Docentes: liderar en situaciones de crisis, reinventar el futuro”
La pandemia provocada por la COVID-19 ha aumentado los desafíos a los que hacen frente los sistemas educativos de todo el mundo. Por ello, el lema escogido para celebrar el Día Mundial de los Docentes 2020 es “Docentes: liderar en situaciones de crisis, reinventar el futuro”. En opinión de Laura, se trata de un eslogan “muy acertado” en este momento en que nos encontramos, porque todo el profesorado se ha sabido “reinventar y adaptar la educación a una modalidad que no es fácil, y menos aún en la Educación Especial”.
En este sentido, asegura, el confinamiento “ha sido un proceso difícil, al ver que los objetivos se frenaban en seco, con la incertidumbre de cómo seguir el proceso educativo con nuestros alumnos/as”. Por lo que respecta a la vuelta al cole, marcada también por la pandemia, “lo más frustrante para mí es el trabajo que se realiza con los alumno/as a nivel social, una de las principales dificultades de las personas con TEA. En muchos casos llevamos años trabajando el saludo, la sonrisa, los abrazos, el juego con iguales y, de repente, tenemos que decirles que deben jugar separados y evitar el contacto físico como abrazos o un simple y amigable choque de manos”, señala Laura del Río.
Santiago, por su parte, considera que, en general, durante el confinamiento, “la mayoría del alumnado se ha liberado del estrés social que suponía el grupo-clase y el apoyo ha sido meramente curricular en nuestros seguimientos on-line. Es ahora cuando nos encontramos con las dificultades de comenzar una nueva rutina en el aula después de siete meses sin acudir al colegio”.