Autismo España se suma a la petición del CERMI y PTS y reclama a Derechos Sociales a rectificar y a no debilitar al Tercer Sector cuando más falta hace
Los proyectos de ámbito estatal impulsados por la Confederación Autismo España en el ámbito de la incidencia política y social, la investigación y trasferencia de conocimiento y la convergencia y cohesión de un tejido asociativo de más de 133 entidades que prestan servicios y apoyos especializados a las personas con trastorno del espectro del autismo (TEA) y sus familias, redundan claramente en la mejora de su calidad de vida.
Consecuentemente, una merma de los fondos sociales con cargo a la asignación del IRPF y del Impuesto de Sociedades producirá un impacto muy negativo en la calidad de dichos servicios y apoyos, así como en la defensa de los derechos de las más de 450.000 personas con autismo de nuestro país; un millón y medio si se tiene en cuenta a sus familias.
Por este motivo, Autismo España se suma a la posición del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), que ha instado al Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 a rectificar de inmediato la decisión de recortar el apoyo económico público al Tercer Sector de Acción Social de ámbito estatal, en el momento en que el país y la sociedad española más necesitan a las redes solidarias como consecuencia de la pandemia.
La Secretaría de Estado de Derechos Sociales ha notificado al Tercer Sector su intención de reducir sustancialmente el tramo estatal de la recaudación del 0,7% del IRPF de interés social -vía principal de financiación de las organizaciones sociales altruistas de ámbito estatal- y de no dedicar, como exige su Ley reguladora de 2018, la recaudación del 0,7 % del Impuesto de Sociedades a fines exclusivamente sociales.
Esta merma significativa en los recursos económicos de las entidades sociales estatales se produce en la mayor crisis económica y social vivida por España en su historia reciente por causa del coronavirus, que ha exacerbado las demandas de los grupos cívicos más vulnerables y ha aumentado exponencialmente el número de personas y hogares en esta situación. Se castiga así incomprensiblemente al sector solidario español que se ha revelado como el actor más próximo y omnipresente para tratar de atajar el impacto social de la pandemia, llegando allí donde los poderes públicos, responsables de las políticas sociales y del bienestar de la población, se han mostrado incapaces de dar respuesta.
Sorprende también que se reduzcan drásticamente fondos financieros ya consolidados, algunos comprometidos desde 2018, pero no ejecutados, como los derivados del 0,7% del Impuesto de Sociedades, cuando el Tercer Sector de Acción Social es el único que no ha recibido ningún tipo de ayuda pública adicional como consecuencia de la pandemia, cuando la crisis provocada por esta es fundamentalmente social.
Autismo España respalda la petición del CERMI y apela a la Vicepresidencia Social del Gobierno para retomar el diálogo directo y sincero y solventar un desacuerdo que nunca debió surgir, en una coyuntura como la actual, de devastación económica y social, que precisa la suma y la concordancia de todas las voluntades y operadores, públicos y cívicos.