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Las entidades de autismo manifiestan la situación tan compleja que ha supuesto el ‘apagón’

  • En un colectivo que necesita seguridad, estructura y apoyo constante, verse de repente aislados o con este nivel de incertidumbre en lo que puede ocurrir puede tener graves consecuencias.
  • Adaptar los planes de emergencia a la realidad de las personas con autismo es una medida de responsabilidad y equidad que no puede esperar.

El ‘apagón eléctrico’ ha afectado profundamente a nuestros centros y, sobre todo, a las propias personas con autismo. Lo más crítico ha sido la falta de anticipación: para muchas personas autistas, los cambios imprevistos generan una gran incertidumbre y dificultades de afrontamiento. De repente, y sin previo aviso, se fue la luz, lo que alteró significativamente sus rutinas, y dificultó el acceso a dispositivos esenciales para la comunicación, como tablets o agendas visuales digitales. 

Además, las dificultades para comunicarse con las familias también supusieron una complejidad añadida. Al fallar la electricidad y los sistemas digitales, muchas entidades no pudieron informar de lo que estaba ocurriendo ni coordinar cambios de horarios o recogidas. En un colectivo que necesita seguridad, estructura y apoyo constante, verse de repente aislados o con este nivel de incertidumbre en lo que puede ocurrir es devastador. 

Urge adaptar los Planes de Emergencia a las necesidades de las personas autistas  

Esta experiencia nos lanza una señal clara: ‘los protocolos generales de emergencia deben evolucionar para contemplar las necesidades específicas de colectivos como el de las personas con autismo’. No se trata solo de restaurar el suministro eléctrico con rapidez, sino de garantizar que, en situaciones como esta, exista una planificación inclusiva que incorpore herramientas de anticipación visual, alternativas tecnológicas básicas y canales de comunicación accesibles con las familias. 

El apagón ha puesto de manifiesto una carencia estructural: ‘los sistemas de emergencia actuales no siempre tienen en cuenta la diversidad de funcionamiento y apoyo que algunas personas necesitan para mantener su bienestar’. Este no es un escenario excepcional; puede repetirse, y debemos estar preparados.  

‘Adaptar los planes de emergencia a la realidad de las personas con autismo es una medida de responsabilidad y equidad que no puede esperar’. Desde Autismo España creemos, por tanto, urgente que estos Planes contemplen medidas de información accesibles, así como que los y las profesionales de seguridad, emergencias y de atención y apoyo a la ciudadanía estén debidamente formados en autismo.