«Nuestra vida es muy intensa, pero los momentos de satisfacción son inmensos»
Compartimos un nuevo testimonio en primera persona para visibilizar la realidad del trastorno del autismo del autismo (TEA) y ayudar a promover una imagen real y positiva de las personas con TEA y sus familias. En esta ocasión, Yaiza Nicolás, madre de Eric, un niño con autismo, nos cuenta el camino recorrido desde que su hijo fue diagnosticado, cómo han aprendido a convivir con el trastorno y los avances experimentados por su hijo. Y todo ello impregnado de la ilusión, la alegría y el amor que transmite la familia, pilar fundamental para las personas con TEA.
Testimonio de Yaiza Nicolás, madre de Eric, un niño con autismo:
«Dicen que, hasta que un hijo no te llama “mamá”, una no se siente del todo madre. Y eso no es verdad.
Mi hijo Eric acaba de empezar a decir «mamá» y «papá» con casi 4 años y medio y, aunque es increíble la sensación de oírlo, nosotros nos sentimos padres y conectados con él de muchas maneras. Nos comunicamos con cosquillas, con risas, con volteretas, con besos y achuchones.
Se puede ser muy feliz con un hijo con autismo. Es un camino duro, pero es posible y tiene muchas recompensas. Cada pequeño avance, cada gesto, cada palabra, cada intención comunicativa que muestra Eric es una fiesta. Nuestra vida es muy intensa, pero los momentos de satisfacción son inmensos.
Hace 2 años que nos dieron el diagnóstico y, además del shock (yo estaba embarazada de 7 meses de mi segundo hijo), lo peor ha sido el trastorno del sueño. No entro en detalles, fue muy duro. Lo digo en pasado porque ahora Eric empieza a dormir mejor y nuestra vida está cambiando radicalmente. La alimentación también está siendo un gran avance; hace 4 meses sólo comía purés (hasta le llevé a un programa de alimentación en un hospital y no sirvió de nada). Y ahora en el colegio come muchas cosas y cada día más (¡Cuando me dijeron que se había comido un plato de caballa con tomate no me lo podía creer!).
Aunque sigo aprendiendo a convivir con el desafío, la incertidumbre y el cansancio acumulado, puedo afirmar que hay futuro, hay ilusión y hay alegría. Pero, sobre todo, lo que hay en mi casa es mucho amor».
Yaiza Nicolás
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