La importancia de identificar y tratar adecuadamente la salud mental en las personas con autismo

El 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha para concienciar a la ciudadanía de la necesidad de acabar con el estigma asociado a los problemas de salud mental y reivindicar la necesidad de una atención de calidad e individualizada para cada persona que los presente.

Y es que la atención a los problemas de salud mental, pese a haber mejorado sensiblemente en España en los últimos años, aún no está disponible para la mitad de las personas que la precisan. Algo especialmente preocupante en el caso de las personas con trastorno del espectro del autismo (TEA), que son más propensas que el resto de la población a sufrir problemas de salud mental, como depresión o ansiedad, con el consiguiente impacto para ellas y sus familias.

Con el objetivo de poner en valor la necesidad de promover la investigación sobre las causas de estos problemas en las personas autistas, así como identificar y facilitar el acceso a los tratamientos más indicados en cada caso, compartimos este artículo de Guillermo Benito, psicólogo del área de Investigación de Autismo España.

La salud mental en las personas con autismo en España

Según los datos recogidos en el registro sociodemográfico de Autismo España, el 17.8% de las personas autistas presentan al menos un trastorno psiquiátrico diagnosticado. Los más frecuentes son el trastorno del control de impulsos (11.6%), ansiedad (6.8%), déficit de atención e hiperactividad (5.8%), obsesivo-compulsivo (4.5%) y de la conducta alimentaria (4.1%). Estos datos están posiblemente infraestimando los problemas mentales de la población española diagnosticada de TEA, pues los porcentajes de personas afectadas en los países de nuestro entorno son mucho mayores (rondando el 70%).

Ser mujer, tener una edad avanzada y presentar discapacidad intelectual hacen más probable recibir un diagnóstico psiquiátrico en las personas autistas.

La mitad de las personas de la muestra tienen prescritos tratamientos psicofarmacológicos, los cuales no siempre estaban justificados por un diagnóstico psiquiátrico. Hay que tener presente que estos tratamientos conllevan en muchos casos efectos secundarios con implicaciones importantes para la salud general y la calidad de vida, por lo que se deben tratar de prescribir en las dosis más bajas y el menor tiempo posible. No hay que olvidar que las manifestaciones propias del autismo no pueden tratarse con fármacos, y que estos se prescriben para los problemas asociados.

Desde Autismo España aprovechamos esta fecha para recordar la importancia de identificar y tratar adecuadamente los problemas mentales en las personas autistas. La promoción de la salud mental y la erradicación del estigma asociado son derechos universales que deben garantizarse.

Además, al trabajo de los profesionales debe sumarse la implicación de toda la ciudadanía en todos los ámbitos, para convertir el derecho a la atención en salud mental en apoyos concretos, que se traduzcan en una sociedad más justa en la que todas las personas participen en igualdad de condiciones.