“Todos somos capaces y todos tenemos un talento”
- Johann Sebastian Salvatori es un recién graduado barítono en la Escuela Superior de Canto de Madrid y asegura que como persona en el espectro del autismo, la música le ha permitido mejorar su comunicación y socialización
- “Muchas personas te dirán a lo largo de tu vida que no puedes. Y sólo tú tienes que ser capaz de decidir si puedes o no.”
- En el Día Internacional de la Música, conocemos la historia de superación de este venezolano de 27 años que quiere ayudar “a toda esa gente que lo necesita, a encontrarse y superarse a sí mismo”
Johann Sebastián Salvatori Fois es barítono recién graduado en la Escuela Superior de Canto de Madrid. Para Johann la música es mucho más que su profesión y su pasión: la música le ha permitido conseguir las habilidades básicas para su desarrollo integral como persona. Y es que nuestro protagonista es una persona con trastorno del espectro del autismo (TEA).
El venezolano llegó a España en 2015 con formación vocal en diferentes academias del país pero sin ningún tipo de formación en lenguaje musical. Tuvo que presentarse tres veces hasta conseguir su entrada en la carrera Superior de Canto. Ahora, su Trabajo Fin de Grado lo ha dedicado a plasmar los conocimientos que ha adquirido como facilitador de otras personas con discapacidad en la participación del Coro Canto Abierto (coro inclusivo con personas con discapacidad). En el Día Internacional de la Música, día de Santa Cecilia, patrona de los músicos, entrevistamos al barítono venezolano de 27 años.
Pregunta (P) Johann Sebastián, estás convirtiendo ahora tu amor por la música en tu profesión pero, ¿cómo y cuándo llega la música a tu vida?
Respuesta (R). La música vino a mi vida incluso antes de nacer, pero como a los 2 ó 3 años, había una vecina nuestra que me cantaba canciones como nanas y villancicos. Me comunicaba con ella a través de las canciones, le respondía cantando y me aprendía las canciones. Yo tenía “mutismo selectivo” (dentro del TEA) y es que en diversas situaciones y con distintas personas, te quedas callado y no puedes gestionar palabras, pareciera que estás mudo.
Cuando fui creciendo fui escuchando canciones y cantaba todo el tiempo. Pero a la hora de hablar, no lo hacía. Solo con mis juguetes y con mi mamá, porque era el vínculo de confianza donde yo me sentía protegido.
La cosa fue aumentando y cantaba todo el día, hasta que me decían: ¡cállate ya! A los 14 años empecé con Roki Viscuña, mi primer maestro. Canté con ellos, hice ejercicios, canté canciones y un año después creó el proyecto FAMMA, que consistía en grabar un disco.
Cada persona tenía que cantar una canción que hubiera dejado huella en su corazón, yo elegí el tango de Carlos Gardel, ‘El día que me quieras’, era una canción que me gustaba y la sentía muchísimo.
Después de esto fui haciendo conciertos y descubrí que el escenario era mi lugar y que allí era otra persona a la que era en la calle, en la rutina. En la rutina diaria era una persona que no socializaba, que no se comunicaba, que le costaba relacionarse socialmente, que no tenía amigos, que siempre estaba en un rincón, pero en el escenario era otra persona, una persona segura, que está ahí para lo que sabe hacer, y descubrí que esa era mi pasión. Entonces me quise dedicar a ello metiéndome en academias, como la Germán Segura, en Cumaná (Venezuela).
Luego vine aquí y presenté tres pruebas en la Escuela Superior de Canto, pero no tenía ni idea de lo que era la teoría musical. No sabía leer partituras, para mí era chino, otro idioma totalmente distinto. Y como en los exámenes de entrada te pedían saber leer más o menos una partitura pues no había entrado.
Me forcé y aprendí cosas que otras personas aprenden con 5 ó 6 años: teoría musical, todo el ritmo, a analizar y a leer una partitura…Y al tercer intento fue que entré en la Escuela Superior de Canto, en 2018.
«Descubrí que el escenario era mi lugar y que allí era otra persona»
(P) A pesar de que tus padres no se han dedicado profesionalmente a la música, ésta ha sido de “vital importancia” en tu vida desde tu niñez, ¿por qué? ¿En qué facetas de tu desarrollo ha tenido un peso fundamental?
(R) Yo la he encontrado como herramienta de comunicación, para ayudarme en los momentos que estoy decaído, una herramienta para expresar todo eso que podía sentir que muchas veces no lo podía expresar con palabras.
Una de las facetas importantes ha sido la escuela. Allí aprendí lo que era tener amigos, relacionarme socialmente, irme a tomar un café y hablar de cualquier cosa, es uno de los momentos importantes con la música. Otra, cada vez que me han enseñado la improvisación o que he hecho cosas físicas me ha ayudado a sobrellevar el retardo psicomotor que tenía desde pequeño. Además, yo creo que es como mi escape, hay muchas veces que el ambiente es tan estresante, tan causante de ansiedad, tan agresivo que a veces yo creo que la música es una buena terapia para salir de todo eso y ser feliz, que es una de las cosas por las que hemos venido al mundo.
(P) ¿Qué tipo de música crees que te ha ayudado más?
(R) Tengo que confesar que me gusta todo tipo de música. No soporto la moderna, el regaeton, el trap… Pero si tuviera que elegir una canción que me ha marcado mi vida, en este afán de superación, es “A mi manera” de Frank Sinatra. Se ha convertido en un himno para mí y para muchos, porque al final salí siempre adelante a mi modo, a mi forma.
Y otra música que a mí me llena mucho es la música romántica. Me mueve todo, me hace cerrar los ojos, que se me paren todos los pelos, me hace emocionarme. Me gustan las canciones con historias, con significado, con algo profundo.
Antes de entrar en la Escuela Superior de Canto no tenía ni idea de lo que era la música lírica. Había escuchado a los tops como Andrea Bocelli, Pavarotti o algunas sinfonías que ponían en Disney, pero no tenía ni idea de la música clásica. Me iba a lo popular del mundo antiguo: Gardel, Elvis Presley, Frank Sinatra…
Cuando conocí a Don Giovanni o Bellini, o incluso Puccini, me enamoré de la lírica, de la ópera, del Lead… Y de este otro repertorio que es súper importante en mi vida ya que soy un barítono lírico.
(P) En la introducción de tu Trabajo Fin de Grado (TFG) asegura que “hay muchos estudios” que demuestran que el canto coral favorece el desarrollo del área que facilita la inclusión social, ¿crees que hay un tipo de música que ayuda más que otras?
(R) La música se ha destacado por ser un lenguaje universal, por no conocer diferencias entre razas, condiciones, ideologías, entonces creo que lo que más ayuda es el canto en sí y cualquier tipo de música que pueda ayudar a la inclusión, es bienvenida. Cualquier tipo de música es importante para la inclusión, porque la música es el lenguaje.
La música instrumental te llena muchísimo, pero la música vocal es lo que más se acerca a las palabras que conocemos en el día a día, cantar hace que te comuniques hablando desde tí mismo, y no cojas algo exterior para hacer cosas. Pero de todas formas yo creo que la música, tanto vocal como instrumental, es súper importante. Porque hay algo en la música que hace que sintamos en nuestro cerebro, nuestro corazón, nuestro interior, como tal, sienta cosas positivas y se distraiga de las negativas. La música, científicamente, genera dopamina que es lo que genera placer, felicidad, olvidarse de los problemas por un momento, y yo creo que la música es una de las artes que más se conecta con el espíritu y el corazón de las personas. Y esto en personas con autismo es muy importante.
(P) Ya has acabado el Grado de Canto en la Escuela Superior de Canto de Madrid, ¿cómo ha sido este camino?
(R) La primera vez que fui a una escuela de canto, estaba en primero, tenía una ilusión muy grande y unas ganas de trabajar muy grandes, pero era totalmente inexperto en cuestiones de estudio. Pero con todo ese esfuerzo y esas ganas fui recuperándolo poco a poco. Realmente ese fue un momento de exploración, de “¡Oh! ¡Mira! También valgo para esto” y “¡Oh! ¡Mira! Hay otro reportorio que no es la música romántica de Luis Miguel.”
Una de las materias que más me gustaban, se llama ‘Escena Lírica’ y consistía en buscar las herramientas para que interpretes el mensaje que cantas de una mejor manera. Ese profesor, se convirtió en mi tutor en la Escuela Superior de Canto, esa persona de referencia que tanto necesita una persona con autismo.
En segundo año, todo lo que no sabía en primero lo interioricé y fue muchísimo mejor. Descubrí que podía socializar, y podía hablar, aunque me costaba un poco más.
En tercero, fue todo bien pero hubo algunos problemas con algunos profesores que yo no entendía o no me entendían muy bien a mí. Pero sólo me quedaron dos asignaturas en primero que saqué en extraordinaria; en segundo ya no me quedó ninguna ; en tercero no me quedó ninguna; y en cuarto, menos. Descubrí otra faceta de mí, aprender un personaje, improvisación, aprender historia de la música…Fue una experiencia fantástica y me quedo con eso.
«Tener un profesor de apoyo es una de las adaptaciones que más sirve, porque te guía, te da consejos, te da herramientas de lo que exige el registro académico»
(P) Tu experiencia ha marcado un antes y un después en la Escuela. Gracias a tus estudios se ha editado una GUÍA DE APOYO PARA EL ALUMNADO TEA EN E.E.AA.SS. ¿Crees que son suficientes estas adaptaciones para una persona en el espectro pueda optar a estudiar la carrera en igualdad de oportunidades con el resto del alumnado?
(R) Cada persona es distinta. Cada persona con autismo puede tener ciertas dificultades que puedan ir más allá de las que vieron en mí. Creo que hay una cosa fundamental que es tener un profesor de apoyo, es una de las adaptaciones que más sirve, porque te guía, te da consejos, te da herramientas de lo que exige el registro académico.
Otra de las adaptaciones que también son súper efectivas, es el tiempo: esto lo estoy viviendo en el máster, y veo que muchos profesores van a paso veloz, pero hay ciertas personas que aprenden a un ritmo diferente de aprendizaje y no significa que no sean capaces. Entonces que sean los exámenes de treinta minutos o que los trabajos los tengas que entregar al día siguiente… Una de las adaptaciones es dar más tiempo, explicar mejor las cosas, adaptarse al ritmo del alumno para que el alumno pueda ponerse al nivel del resto de compañeros.
(P) Tu TFG va enfocado a transmitir las adaptaciones que han facilitado tu aprendizaje a otras personas con discapacidad dentro de un coro. ¿Te gustaría llevarlas a otros ámbitos fuera de lo que es una agrupación coral?
(R) Yo empecé a trabajar en el coro Canto Abierto con tres personas con TEA y comorbilidades, y vi cómo el resultado iba siendo muy positivo, como iban aprendiendo todo lo que yo les explicaba. Es algo muy bonito y fantástico porque puedes enseñar lo que aprendiste, desde una empatía, una cercanía, un ”yo he estado ahí alguna vez y te voy a ayudar lo mejor que pueda adaptándome a tus necesidades especiales”. Es algo que no solo quiero hacer en el ámbito coral, sino en otras personas porque yo creo que todos somos capaces y todos tenemos un talento.
(P) En estos años has ganado varios premios y has sido asistente de la dirección del Coro Abierto de la Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid (JORCAM) y del Coro Canto Abierto de la Fundación Música Creativa, ¿qué más te queda por hacer como barítono? ¿Cuál es tu sueño?
(R) Mi sueño es seguir cantando. Tener la oportunidad de ganarme la vida cantando y tener la oportunidad de subirme al escenario del Teatro Real, el Teatro Liceo de Barcelona o el de Milán…Montarme en el escenario y hacer lo que he venido a hacer a este mundo.
Y otra cosa que quiero hacer es, desde mi experiencia y desde toda mi historia, quiero ayudar a toda esa gente que lo necesita, a encontrarse y superarse a sí mismo y que tengan ese lugar, que puedan decir, “mira, si él lo logró, yo también lo voy a lograr”.
(P) Para otras personas con TEA que quieran seguir tu camino, ¿qué consejos les darías?
(R) Esforzarse, seguir adelante. Sin esfuerzo no hay resultados. No dejen de soñar nunca, pero no solamente soñar, porque eso cualquiera lo puede hacer, es soñar, levantarse en la mañana y seguir adelante para que ese sueño se haga realidad.
También, no escuchar. Muchas personas te dirán a lo largo de tu vida que no puedes. Y sólo tú tienes que ser capaz de decidir si puedes o no.