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«Yo también pude ser una mariposa»

Compartimos un nuevo relato de Adriana Nash, en el que rinde homenaje a una niña con autismo que sufrió acoso escolar y se suicidó.

Yo también pude ser una mariposa

Una carta para quienes aún no miran.

Hay cuadros que no se pintan con pinceles, sino con lágrimas. Este es uno de ellos.

No es solo color. No es solo forma. Es un encuentro.

Las mariposas que vuelan en este lienzo no son simples criaturas: son niños que alguna vez estuvieron aquí. Niños que sentían distinto, que hablaban con gestos, que amaban con intensidad, que vivían en un mundo que muchos no quisieron entender. Niños que fueron silenciados por burlas, por miradas que juzgan, por palabras que hieren más que golpes.

Las flores que los reciben no son solo belleza: son madres que siguen aquí. Madres que aprendieron a sostener el dolor sin que se note. Que caminan con una ausencia en el pecho y una fuerza que nadie les enseñó. Madres que no buscan lástima, sino justicia. Que no quieren homenajes, sino conciencia.

Este cuadro es su encuentro. Un lugar donde el amor no necesita palabras. Donde el respeto no se exige, se siente. Donde el dolor se transforma en color para que otros, al mirar, despierten.

Porque en cada colegio hay niños que callan. Que se esconden. Que desean ser mariposas para escapar.

Yo también pude ser una mariposa.

Esta obra no es una denuncia. Es un llamado.
A los niños: que aprendan a ver más allá de lo que entienden.
A los padres: que enseñen con el ejemplo, no con el miedo.
A los educadores: que abracen la diferencia, no la castiguen.
Y a todos nosotros: que no esperemos otra mariposa para empezar a cambiar.

 

Adriana Nash
2025

En memoria de Lucía, niña autista que sufrió acoso escolar y se suicidó. 

 

Autismo España no se hace responsable de las opiniones vertidas que se emitan en esta sección puesto que son de carácter personal, y no necesariamente reflejan la posición de Autismo España.