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Se constituye el grupo de trabajo de Envejecimiento Activo para personas con TEA

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El pasado lunes, 20 de junio, se constituyó en el seno de Autismo España el Grupo de Trabajo de Envejecimiento Activo. Integrado por profesionales de entidades socias de la Confederación (APNABI, Gautena, Autismo Burgos, Autismo Cádiz, Autismo Andalucía, Autismo Valladolid, Aspanaes, La Garriga, Mas Casadevall, Cepri y Nuevo Horizonte), se va a encargar de establecer el diseño de modelos de apoyos y servicios que den respuesta a las necesidades de las personas con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) en procesos de envejecimiento.  

Estudio de Envejecimiento

Autismo España viene trabajando desde 2015 en el Estudio de Investigación “Procesos de envejecimiento de las personas con TEA y las necesidades que surgen en esta etapa de la vida dentro del contexto español”, financiado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad con cargo al IRPF.

Este proyecto surgió ya que, desde hace décadas, diferentes sectores de la sociedad vinculados al ámbito de la discapacidad demandan un mayor conocimiento de una etapa clave de la vida, la vejez. En el caso de las personas con TEA, los estudios en materia de envejecimiento son prácticamente inexistentes. Por este motivo, durante 2015-2016 Autismo España puso en marcha un estudio en la materia.

Dado que ya ha finalizado el estudio de investigación (1ª fase), se dará continuidad al proyecto a través del diseño de modelos de apoyos y servicios que respondan a las necesidades de las personas con TEA que se encuentran en esta etapa vital. Es con este fin con el que se ha creado este grupo de trabajo de profesionales, pertenecientes a aquellas entidades que han participado en la primera fase del estudio y que, a su vez, tienen experiencia directa en el trabajo con población en proceso de envejecimiento. No obstante, se abrirá la participación al resto de organizaciones para consultas concretas.

Objetivos del proyecto

Los objetivos del proyecto son varios. Por un lado, (1ª fase) aumentar el conocimiento sobre las implicaciones que supone este cambio vital tanto para las propias personas con TEA como para sus familias, y también para las organizaciones que facilitan los apoyos al colectivo. Por otro lado, impulsar el desarrollo de buenas prácticas y modelos de apoyo consensuados que contribuyan a mejorar la calidad de vida de las personas con TEA en edades avanzadas y el logro de un envejecimiento satisfactorio generando aprendizajes concretos y permitiendo contribuir a la reflexión sobre cómo abordar este fenómeno.