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«Valiente, mi caballero ilustre»

  • Miguel de la Puente comparte su experiencia de vida a través de este relato, que cuenta la historia de un joven autista con alma de niño que busca ser feliz e independiente.

Valiente, mi caballero ilustre, porque requiere de valentía ser distinto y aceptarse como tal en una sociedad tan poco inclusiva y, a veces, tan indiferente, como la nuestra. Esta es una historia de comprensión, paciencia y propone un camino para ser mejores personas.

Recuerdo la mezcla de emociones que nos invadió al escuchar ese diagnóstico: preocupación, confusión, tristeza y desilusión. Lo que siempre nos mantuvo unidos fue el amor con el que formamos nuestra familia.

Fue entonces cuando comenzamos nuestro viaje de aprendizaje: contactamos con profesionales y otros padres. Además, nos internamos en foros de internet buscando respuestas y apoyo.

Nos pusimos dos objetivos muy claros: que nuestro hijo fuera feliz y que lograse la mayor autonomía posible.

Cada pequeño logro de Vale fue el resultado de un esfuerzo conjunto entre nosotros, los profesores y los terapeutas.

No ha sido fácil, pero cada avance, por pequeño que parezca, nos llena de esperanza.

Los colegios no solo fueron espacios de aprendizaje, sino también lugares donde se construían vínculos y se creaban momentos que lo ayudaban a crecer emocionalmente.

Para Vale, lo más importante no era llegar al destino, sino la sensación de seguridad que le daba estar con su familia.

El viaje a Argentina fue un momento decisivo, ya que por fin habíamos encontrado a alguien que, realmente, entendía a nuestro hijo y nos podía guiar.

A lo largo de los años, su mamá y yo hemos aprendido a apoyar las pasiones de Vale.

Lo importante no era lograr el éxito en cada intento, sino acompañar a Vale a su propio ritmo, respetando sus tiempos y alentando sus pasiones con paciencia.

Vale se siente muy motivado y ha aceptado el compromiso de seguir adelante y lograr su objetivo, como el ‘caballero VALIENTE’ que es.

Vale ha aprendido a sentirse orgulloso de ser autista.

Siempre que hemos afrontado una situación inesperada, la hemos comunicado en grupos de interés en redes sociales donde pronto llega la solidaridad y la experiencia de quienes ya han pasado por algo similar.

No es saludable adelantarse, pensando en el futuro. Hay que aprender a vivir el día a día. Hoy es lo importante, mañana, ya veremos, y esperamos que sea un poco mejor.

Es muy importante que los padres compartamos tanto los avances como los retrocesos de nuestros hijos. De esta manera, nos sentiremos comprendidos, apoyados y podremos ofrecer soluciones o alternativas entre todos.

En momentos de gran ansiedad, acercarse a su hijo(a) y darle un abrazo fuerte de corazón a corazón. Tiene un efecto mágico para calmarlo.

Como papás, hemos aprendido a perder batallas para no generar mayor presión y ansiedad en la relación, y a ser prudentes con la aplicación de la medicación. También aprendimos a tener más paciencia y tolerancia, dejando que Vale nos lleve a su mundo.

Finalmente, creemos que lo mejor es identificar sus habilidades y brindarle oportunidades en las áreas que le apasionan, ya que ello lo ayudará a salir adelante.

El gran desafío consiste en sostener este avance a lo largo del tiempo.

Hoy en día, existe una mayor diversidad de personas con distintas necesidades que exigen ser incluidas con respeto. Si bien el conocimiento sobre el autismo ha avanzado mucho, el mundo aún no es verdaderamente inclusivo ni está preparado para facilitar la vida de niños y jóvenes con esta condición.

Esperamos que la tolerancia y la apertura sigan alcanzando a más personas y que estas aprendan a reconocer que el mundo está lleno de chicos especiales con un gran potencial, que solo necesitan de su propio tiempo para conectarse con la realidad, establecer vínculos y enriquecerla.

Es importante recordar que muchas familias carecen del soporte económico necesario para brindar a sus hijos el apoyo adecuado. Por ello, es fundamental que el Estado, los profesionales, las escuelas, la comunidad terapéutica, las empresas privadas y las familias unan esfuerzos para compartir recursos y trabajar juntos por un mismo objetivo: su bienestar.

 

Valiente, un joven con alma de niño.