«Seguiremos sumando esfuerzos para que el movimiento asociativo continúe siendo un motor de transformación social»
- Hablamos con Cristina Gómez, presidenta de Autismo Castilla-La Mancha, con motivo del 15 aniversario de la Federación.
- "Hemos construido una red sólida, cohesionada y comprometida, que ha contribuido de forma decisiva a visibilizar la realidad del colectivo y a generar cambios significativos en la sociedad y en las políticas públicas".
- "Seguiremos trabajando con firmeza para construir una sociedad donde todas las personas, con independencia de sus características, puedan participar plenamente y en igualdad de condiciones".
La Federación Autismo Castilla-La Mancha (FACLM) se constituyó en el año 2010 por iniciativa de 5 entidades provinciales (APACU, APANAG, APAT, Desarrollo y AUTRADE) para representar a nivel regional a las personas con autismo y sus familias asociadas. «El balance de estos 15 años es profundamente positivo», nos cuenta su presidenta, Cristina Gómez. «Desde nuestra constitución en 2010, hemos avanzado de forma constante en nuestro propósito de representar y defender los derechos de las personas con autismo y sus familias en Castilla-La Mancha. Hemos construido una red sólida, cohesionada y comprometida, que ha contribuido de forma decisiva a visibilizar la realidad del colectivo y a generar cambios significativos en la sociedad y en las políticas públicas».
Y es que, en la actualidad, «la FALCM está integrada por siete entidades específicas de TEA y una entidad colaboradora que atiende a un porcentaje muy elevado de personas con TEA. Estas entidades tienen implantación en todas las provincias de la región y están promovidas por familias, constituyen el corazón de nuestra Federación y son las que, desde el trabajo directo y diario, dan sentido a nuestra labor de representación, coordinación e incidencia», explica Cristina Gómez, que añade: «Desde la FACLM trabajamos de forma colaborativa con todas ellas, promoviendo espacios de participación activa, escucha y trabajo en red. Nuestro objetivo es favorecer la cohesión del movimiento asociativo, apoyar el desarrollo organizativo de cada entidad y contribuir a reducir las desigualdades territoriales, promoviendo una red sólida, equilibrada y comprometida con la defensa de derechos».
Por ello, asegura, «nos esforzamos por generar una cultura compartida basada en la calidad, la equidad, la transparencia y el enfoque centrado en la persona. Impulsamos y acompañamos a las entidades en sus procesos de mejora continua, facilitamos la interlocución con las administraciones públicas y canalizamos propuestas que nacen desde el conocimiento de la realidad de cada territorio […] A lo largo de estos años, hemos apostado por el fortalecimiento del movimiento asociativo, favoreciendo la cohesión, la cooperación y el desarrollo equilibrado de las entidades que la integran. Esta visión compartida y colaborativa ha sido esencial para dar respuesta a los desafíos crecientes del colectivo y para garantizar una representación territorial más justa y efectiva», sostiene Cristina Gómez.
Logros conseguidos y retos de futuro
Para Cristina Gómez, uno de los principales logros conseguidos en estos años «ha sido la consolidación de la Federación como interlocutora legítima ante las instituciones, con una participación activa en el diseño de estrategias públicas, la elaboración de propuestas normativas y la defensa del interés general del colectivo en todos los espacios clave. Hemos impulsado iniciativas innovadoras en accesibilidad, empleo, educación, participación comunitaria y apoyo a familias, siempre con un enfoque centrado en la persona y alineado con los principios de equidad, inclusión y calidad», asegura orgullosa.
Mirando al futuro, los retos que la FACLM tiene por delante son muchos: «Seguir incidiendo para lograr una red de apoyos especializada, estable y sostenible en todo el ciclo vital; reducir las desigualdades territoriales; asegurar datos oficiales que permitan una mejor planificación; y avanzar en el reconocimiento de los derechos de las personas con autismo en todos los ámbitos de la vida. Seguiremos trabajando con firmeza para construir una sociedad donde todas las personas, con independencia de sus características, puedan participar plenamente y en igualdad de condiciones».
Para la presidenta de la Federación, «la diversidad de nuestras entidades es una gran fortaleza, y es precisamente desde esa diversidad desde donde construimos una Federación más representativa, más fuerte y más capaz de responder a las necesidades reales de las personas con autismo y sus familias en toda Castilla-La Mancha».
«Hemos contribuido a transformar la mirada social hacia el autismo»
Preguntada por cómo ha evolucionado la percepción del autismo en la sociedad castellanomanchega en estos años, Cristina Gómez asegura que «hoy existe una mayor visibilidad del trastorno, se han roto muchos estigmas y la ciudadanía, en general, empieza a comprender que el autismo no responde a un único perfil, sino que se manifiesta de forma muy diversa a lo largo del ciclo vital. Esa apertura ha sido posible, en parte, gracias al trabajo de sensibilización sostenido por parte del movimiento asociativo, que ha estado presente en espacios educativos, sanitarios, comunitarios y en los medios de comunicación».
En este sentido, prosigue, desde la Federación «hemos contribuido a transformar la mirada social hacia el autismo, desmitificando ideas erróneas y promoviendo una comprensión más respetuosa y ajustada a la diversidad del espectro. La labor de sensibilización, el trabajo en red y la formación han sido claves para avanzar en este cambio de paradigma […] Pero no podemos conformarnos. Aunque hemos avanzado, no lo hemos hecho al ritmo que la realidad del colectivo exige. Aún persisten muchos mitos, generalizaciones erróneas y una falta de comprensión profunda sobre lo que realmente implica el autismo. La especificidad del trastorno, su complejidad y su variabilidad siguen siendo desconocidas para buena parte de la sociedad, lo que en ocasiones dificulta la inclusión real y plena de las personas con autismo en la comunidad».
Por ello, concluye Cristina Gómez, «Nos queda mucho camino por recorrer para que el conocimiento social sea riguroso, empático y se traduzca en actitudes inclusivas en el día a día. Necesitamos que se entienda que el autismo no es una realidad estática ni uniforme, y que cada persona tiene sus propios apoyos, capacidades y formas de participar. Seguir avanzando en la sensibilización y en la formación de los distintos sectores sociales es una prioridad. Solo así lograremos una sociedad verdaderamente inclusiva, donde el respeto a la diversidad sea un valor compartido y no una excepción».
«Impulsamos propuestas que pongan en el centro a la persona, independientemente de su edad, nivel de apoyo o lugar de residencia»
Hablamos con Cristina Gómez de los ámbitos en los que considera necesario seguir incidiendo para mejorar la calidad de vida de las personas con autismo y sus familias, en aras de conseguir la igualdad de oportunidades, y nos comenta: «Aunque se han producido avances significativos, sigue siendo imprescindible incidir con fuerza en todos aquellos ámbitos que afectan a la vida adulta de las personas con autismo. La igualdad de oportunidades no puede limitarse a la etapa educativa o a la infancia: debe extenderse a todo el ciclo vital. Y ahí es donde aún existen enormes brechas».
Por ello, asegura, «es urgente seguir trabajando en el acceso al empleo, al ejercicio efectivo de la vida independiente, a recursos adecuados en el proceso de envejecimiento, y a apoyos personalizados que respeten los proyectos de vida de cada persona. La autonomía no debe entenderse como un ideal abstracto, sino como una meta concreta que solo es posible si las personas con autismo cuentan con los recursos y acompañamientos necesarios para alcanzarla. En este sentido, uno de los grandes retos es el desarrollo y reconocimiento de la figura del asistente personal, como herramienta clave para garantizar la participación real en la comunidad. Esta figura representa un cambio de paradigma: pasar de modelos asistenciales a modelos de apoyo centrados en la autodeterminación, la libertad de elección y el derecho a decidir sobre la propia vida».
Para la presidenta de la FALCM, también es prioritario «avanzar en recursos para la vida adulta que contemplen distintas opciones de vivienda, apoyos en la gestión del día a día, ocio inclusivo y atención especializada en la etapa del envejecimiento. Hoy en día, muchas personas con autismo adultas y sus familias se enfrentan a una gran incertidumbre por la falta de respuestas ajustadas y sostenibles».
En relación con el empleo, Cristina Gómez nos cuenta que, desde la FALCM, impulsan un «servicio de intermediación laboral que tiene como objetivo facilitar oportunidades de empleo reales, sostenibles y ajustadas a las capacidades, intereses y necesidades de cada persona […]. Se parte siempre de un enfoque individualizado: se valoran los perfiles, se identifican fortalezas y preferencias, y se acompaña en todo el proceso, desde la orientación y la formación, hasta la incorporación al puesto de trabajo y el seguimiento posterior».
Pero también se trabaja con el entorno, «muy especialmente con el sector empresarial» porque, asegura Gómez, «el empleo no solo es una vía de desarrollo profesional, también es un elemento clave para la autonomía, la autoestima y la inclusión social. Por eso, seguiremos trabajando para que cada vez más empresas en Castilla-La Mancha se sumen a este compromiso, entendiendo que la inclusión laboral no es solo una cuestión de responsabilidad social, sino también una oportunidad para enriquecer sus equipos y contribuir a una sociedad más justa».
Atendiendo a todos estos ámbitos, Cristina Gómez señala que, desde la Federación «seguiremos impulsando propuestas que pongan en el centro a la persona, independientemente de su edad, nivel de apoyo o lugar de residencia. Porque hablar de igualdad de oportunidades significa garantizar que cada persona con autismo pueda desarrollar su proyecto de vida con dignidad, libertad y los apoyos que necesite».
«Cada vez son más las instituciones y administraciones públicas que se interesan por avanzar hacia entornos más accesibles»
«La accesibilidad cognitiva es un derecho. Permite a muchas personas entender mejor su entorno, acceder a servicios básicos, tomar decisiones y participar activamente en la sociedad», nos cuenta Cristina Gómez. «Por eso trabajamos para que esta dimensión de la accesibilidad se tenga en cuenta desde el inicio, en el diseño de espacios, servicios y materiales, y no como una adaptación puntual. Solo así construiremos entornos realmente inclusivos, donde todas las personas se sientan seguras, respetadas y capaces».
Así nació Sin barreras autismo, un servicio «solicitado, sobre todo, por ayuntamientos, centros educativos, museos, recursos culturales, bibliotecas, servicios sanitarios o espacios de atención al público que desean adaptar su entorno o su forma de comunicar para que sea comprensible por todas las personas, incluidas aquellas con dificultades en la comprensión del entorno o del lenguaje», explica la presidenta de la Federación.
«Desde Federación Autismo Castilla-La Mancha abordamos este trabajo desde un enfoque técnico, participativo y centrado en la persona. Nuestro objetivo es garantizar que cualquier persona —con independencia de su condición, capacidad o necesidad de apoyo— pueda entender, anticipar y manejarse en su entorno de manera autónoma y segura. Para ello, analizamos los espacios y los contenidos, proponemos medidas de mejora y validamos los materiales con personas con autismo», sostiene Gómez.
«El voluntariado forma parte del ADN del movimiento asociativo»
Para la Federación Autismo Castilla-La Mancha, el voluntariado «representa un valor añadido y un recurso fundamental que contribuye a sensibilizar a la sociedad, promover la participación comunitaria y reforzar la inclusión desde lo cotidiano», nos dice su presidenta. «Las personas voluntarias no sustituyen nunca los apoyos profesionales, pero sí complementan la labor de las entidades, generando entornos más humanos, diversos y cercanos. Su papel va más allá del acompañamiento: son agentes de cambio que, con su compromiso, ayudan a construir una sociedad más justa, solidaria y consciente de la realidad de las personas con autismo».
Por ello, sostiene, «el voluntariado forma parte del ADN del movimiento asociativo en el ámbito del autismo» y, desde la FACLM, «impulsamos un modelo de voluntariado formado, responsable y alineado con nuestros valores éticos, basado en el respeto, la empatía y el conocimiento. Además, trabajamos activamente para proporcionar personas voluntarias a nuestras entidades miembro, facilitando procesos de captación, formación, coordinación y derivación, en función de las necesidades y actividades de cada una».
Porque, afirma, «el voluntariado no solo transforma a quien lo recibe, sino también a quien lo ejerce y al entorno en el que se desarrolla. Por eso, seguimos fomentando su presencia en todos los ámbitos: educativo, social, cultural, comunitario… porque creemos en una sociedad donde todas las personas, con o sin autismo, puedan participar y aportar en igualdad de condiciones».
«Creemos firmemente en el valor de la unidad y la colaboración»
Como entidad socia de la Confederación Autismo España, la Federación Autismo Castilla-La Mancha valora «muy positivamente el trabajo conjunto que se viene desarrollando desde hace años en la defensa de los derechos, la mejora de la calidad de vida y la promoción de la igualdad de oportunidades de las personas autistas y sus familias».
La presidenta de la FALCM asegura que el movimiento asociativo, «del que formamos parte con un fuerte sentimiento de pertenencia y responsabilidad compartida, ha demostrado ser una red cohesionada, rigurosa y comprometida, capaz de influir en las políticas públicas, impulsar cambios legislativos y generar conocimiento técnico con una base ética sólida. Su capacidad para articular propuestas desde el conocimiento directo del colectivo —y siempre desde un enfoque centrado en la persona— ha sido clave para posicionar el autismo en la agenda política y social».
Además, asegura Cristina Gómez, «creemos firmemente en el valor de la unidad y la colaboración. La realidad de las personas con autismo es diversa y compleja, y solo desde la cooperación entre entidades, territorios y niveles organizativos es posible avanzar hacia una sociedad más inclusiva y respetuosa con la neurodiversidad. Desde la FACLM seguiremos sumando esfuerzos para que el movimiento asociativo continúe siendo un motor de transformación social. Porque compartimos una misma visión: una sociedad donde todas las personas con autismo, en cualquier etapa de la vida, puedan ejercer sus derechos, participar plenamente y vivir con dignidad».





