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22.05.2020 Sensibilización

El correcto uso del término ‘autismo’

La Confederación Autismo España tiene encomendados entre sus fines la representación y defensa de los derechos de las personas con trastorno del espectro del autismo (TEA). Es por ello que, en nombre del colectivo asociativo y sus familias, queremos llamar la atención sobre el correcto uso de la palabra ‘autismo’.

El tratamiento inadecuado y peyorativo del autismo, puede considerarse una ofensa contra la imagen social de las personas con TEA.

Expresiones como el “autismo social” o el “autismo político” imprimen una imagen negativa de conceptos que nada tienen que ver con el trastorno del espectro del autismo y las personas que lo presentan. Implica un comportamiento voluntario y consciente cuando, en el caso del autismo, no es fruto de conductas conscientes o elegidas: el TEA es un trastorno de origen neurobiológico con el que una persona nace y que le acompaña a lo largo de su vida.

Esto se convierte en una falta de sensibilidad hacia las más de 450.000 personas con TEA que viven en España (casi un millón y medio de personas si tenemos también en cuenta a sus familias).  Su uso peyorativo sólo contribuye a mantener falsos mitos y estereotipos.  

‘Autismo’ en los medios

Desde Autismo España creemos firmemente que los medios de comunicación deben y pueden colaborar positivamente a la inclusión de las personas con TEA, entre otras cosas, empleando un lenguaje adecuado y términos que no impliquen connotaciones negativas.

Para contribuir al correcto uso del lenguaje, la Confederación Autismo España tiene publicado un Manual de Estilo, “Cómo abordar el Trastorno del Espectro del Autismo desde los medios de comunicación”, en el que recogemos una serie de recomendaciones y consejos para que los profesionales de la comunicación se refieran de manera adecuada al TEA y al colectivo en sus informaciones, tanto a nivel de contenido como de lenguaje y de imagen.

Puedes descargar el Manual de Estilo aquí.

‘Autismo’ sin base científica

Asimismo, las afirmaciones, artículos o ponencias sobre el origen la prevalencia y/o la conceptualización del TEA que no se basen en una evidencia científica contrastada, deberían eliminarse de seminarios, ponencias y cualquier otro formato divulgativo ya que no cuentan con el respaldo avalado y suficiente de la comunidad  científica.

En conclusión, el mal uso de este término sólo sirve para proyectar una imagen negativa y/o incierta de las personas con TEA que, por tanto, dificulta su derecho a la inclusión y participación en la sociedad en igualdad de condiciones.