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Autismo España demanda una mejora en la atención sanitaria para las personas con autismo contagiadas por el COVID-19

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Las personas con discapacidad no pueden estar discriminadas en los protocolos clínicos de atención a pacientes contagiados por coronavirus. Entre estos/as pacientes se encuentran las personas con trastorno del espectro del autismo (TEA). La legislación vigente protege su derecho a la salud y en igualdad de oportunidades frente a una crisis sanitaria como esta pandemia del COVID-19, pero su atención debe seguir unas recomendaciones tal y como señala el informe de la “Relatora Especial sobre los derechos de personas con discapacidad de la ONU sobre el COVID-19”.

¿Qué comportamientos puede presentar una persona con autismo en un servicio de urgencias médicas o en casos de hospitalización?

El trastorno del espectro del autismo es un conjunto de condiciones que afectan a cómo se desarrolla y funciona el sistema nervioso. Tiene un origen neurobiológico y acompaña a la persona durante toda la vida. Influye, principalmente, en dos áreas del desarrollo de la persona que lo presenta: la comunicación e interacción social, y la flexibilidad del pensamiento y del comportamiento. 

Las personas con TEA son muy diferentes entre sí. No todas ellas se comportan de la misma manera ni reaccionan igual ante las mismas situaciones. No obstante, hay una serie de comportamientos que pueden aparecer en el caso de que tengan que acudir a un servicio de urgencias médicas o ser hospitalizadas que deberán tenerse en cuenta para dar una buena atención a sus necesidades.  Los más frecuentes son: 

  • Manifestar un comportamiento social muy diferente al habitual. Puede parecer ajeno/a al contexto en el que se encuentra (sin responder o interactuar) o tener una interacción aparentemente inadecuada con los especialistas u otros pacientes (insistir en hablar de sus intereses, hacer preguntas personales, tener dificultades para manejar la comunicación no verbal…). 
  • Presentar dificultades de comprensión social, que afecten a la expresión y comprensión de emociones propias y ajenas (problemas de autorregulación, de comprensión y expresión de gestos faciales y corporales, etc.). 
  • Insistir en patrones repetitivos de conducta, de pensamiento o de conversación, y mostrarse inflexible ante determinadas situaciones o peticiones (insistir en colocar cosas de una determinada manera, hablar repetidamente de un determinado tema, realizar movimientos repetitivos o estereotipados…). 
  • Manifestar grandes dificultades para respetar las normas existentes en el servicio (como esperar el turno o mantener silencio). 
  • Presentar dificultades significativas para identificar las molestias y el dolor, así como para comunicarlo, aunque sus capacidades lingüísticas y cognitivas le permitan, aparentemente, hacerlo. 
  • Manifestar altos niveles de ansiedad o reacciones desproporcionadas ante situaciones o requerimientos aparentemente sencillos (realizarle una exploración física, intentar detener o regular los movimientos repetitivos, etc.). 
  • Mostrar comportamientos disruptivos, negativistas o desafiantes (ignorar u oponerse a las instrucciones recibidas, lanzar o romper objetos, gritar, intentar salir o escapar…). 
  • Manifestar conductas que pongan en riesgo su integridad física o la de otras personas (autoagresiones o agresiones a otras personas).   

“Ajustes razonables” en la hospitalización de las personas con autismo

Desde Autismo España se solicita a las autoridades sanitarias impulsen el establecimiento de “ajustes razonables” mínimos necesarios, con el fin de humanizar y garantizar los derechos y bienestar emocional de las personas con trastorno del espectro del autismo que estén afectadas por el COVID-19 y deban ser hospitalizadas o recibir cuidados sanitarios, y así mismo, facilitar la intervención al personal sanitario. Concretamente demandamos:

  1. Priorizar la atención domiciliaria y/o la atención sanitaria en los establecimientos residenciales vinculados a las entidades del movimiento asociativo especializado en el caso de personas con TEA que se encuentren contagiadas, cuando sus condiciones de salud lo permitan, garantizando las medidas adecuadas, y proporcionando el material sanitario necesario para la correcta atención de los usuarios, por los profesionales de atención domiciliaria y centros residenciales.
  1. Flexibilizar las medidas que establecen el ingreso individual y el aislamiento de la persona afectada, permitiendo el acompañamiento en todo momento por parte de una persona cercana (familiar o profesional).
  1. Atender a la persona, en la medida de lo posible, en un entorno estable en el que se minimice la estimulación sensorial. Por ejemplo: asignar una cama alejada de lugares de paso o de la puerta de entrada a la habitación; facilitar que conserve objetos que minimicen la estimulación acústica o lumínica (cascos para los oídos, gafas de sol…); favorecer que, si lo necesita, cuente con objetos le ayuden a regular el estrés (pelotas de relajación, mordedores, tejidos particulares…).
  1. Contar, en la medida de lo posible, con el asesoramiento y la orientación de familiares y/o profesionales especializados que conozcan a la persona y ayuden a establecer las medidas específicas en cada caso particular. 

Documento de Posicionamiento 

Puedes descargarte el documento de posicionamiento elaborado por Autismo España respecto al "Derecho a la salud de las personas con TEA en el marco de la crisis sanitaria del covid-19" aquí