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El programa BB Miradas, de Autismo Burgos, permite diagnosticar diez casos de TEA en menores de 3 años

El proyecto piloto para la detección precoz del autismo, BB Miradas, se puso en marcha en abril de 2017 con el objetivo de identificar en bebés las señales que alertan sobre la presencia de Trastorno del Espectro del Autismo (TEA), con el apoyo de novedosos sistemas tecnológicos. En poco más de un año este programa, promovido por la Asociación Autismo Burgos, entidad socia de Autismo España, ha permitido diagnosticar diez casos de TEA en menores de tres años. En palabras de Simona Palacios, presidenta de Autismo Burgos, estos resultados son muy importantes, ya que permiten avanzar en la detección precoz del autismo y comenzar así cuanto antes los programas de intervención.

Para poder ofrecer una atención temprana especializada e individualizada a los bebés diagnosticados y a sus familias, Autismo Burgos va a contar con un nuevo edificio, cuyas obras está previsto que comiencen en el plazo de un mes. La entidad acaba de firmar un acuerdo de colaboración con el Ayuntamiento de Burgos por el que este se compromete a realizar una aportación económica a este proyecto. 

Actualmente hay 17 bebés en intervención y dos a la espera de entrar en el programa. También se está pendiente de la confirmación de diagnóstico de otros nueve casos.

Qué es Bebé Miradas

El programa Bebé Miradas tiene como objetivo identificar en bebés las señales que alertan sobre la presencia de un Trastorno del Espectro del Autismo (TEA), con apoyo del análisis del seguimiento visual/eye tracking junto con otros datos clínicos (exploraciones neuropsicológicas, pruebas estandarizadas, cuestionarios y entrevistas), derivándoles hacia una intervención especializada y específica que prevenga y minimice el impacto del Trastorno en el desarrollo del niño o la niña. 

La detección se realiza analizando el visionado que los bebés hacen de 37 videos a lo largo de los primeros 36 meses de edad. Existe evidencia de que las personas con TEA, ya incluso de bebés, presentan un patrón de mirada diferente respecto al de los niños o niñas sin TEA, por lo que la identificación de este patrón de desarrollo diferenciador puede ser ya un pronóstico de diagnóstico certero.